Guinea Ecuatorial

Tras el corazón de África

Guinea Ecuatorial dibuja para ti el mapa que te guía a la desconexión total de la rutina. Traza frondosas rutas, dibuja paisajes vírgenes y alimenta los sentidos.

Tras el corazón de África
Tras el corazón de ÁfricaShutterstock

¿Cómo te gustaría que fueran tus próximas vacaciones? ¿Alejado del ruido de la ciudad, sin horarios ni madrugones que te roben el placer de seguir soñando? ¿Acaso disfrutando de un clima cálido, en la playa, en parajes vírgenes, degustando platos exóticos o avistando animales en su hábitat natural? ¿O en un entorno donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor? Todos, planes muy tentadores; pero lo mejor es que no tienes que elegir entre ellos porque tenemos el destino que te ofrece todo en un mismo viaje.

OBSERVA ANIMALES DE CERCA

A unos 4500 kilómetros de la Península, Guinea Ecuatorial posee todo lo que saciará tus deseos de desconexión. Su temperatura cálida entre 26 y 20 grados con lluvias intermitentes mantienen la frondosidad de sus paisajes y garantizan la supervivencia de su fauna local, que podrás visitar en el Parque Nacional de la Isla de Bioko, a unos 20 km de Malabo, desde primates como el mandril y el chimpancé hasta todo tipo de especies de aves, tanto endémicas como migratorias. Allí podrás explorar alguna ruta para su observación y visitar el Centro de Investigación Científica de Primates de Monte Alén, que se encuentra en el interior del parque, donde se llevan a cabo investigaciones sobre los primates de la región. En Moraka, una de las playas de la isla de Bioko, entre noviembre y marzo puedes observar la llegada de las tortugas marinas para desovar en la arena. Lo bueno es que busques asesoramiento local para disfrutar de ese momento vital y aprender de estas fascinantes especies marinas sin alterar el proceso de la vida.

DISFRUTA DEL AGUA Y LA ARENA

Sin abandonar la zona, puedes practicar también deportes acuáticos, como surf, snorkel y buceo donde observar de cerca corales y demás biodiversidad marina. Para un día tranquilo de playa, tomar el sol y disfrutar de la brisa marina, Arena Blanca, en la costa oeste de Bioko, es una de las playas más populares por la tranquilidad y transparencia de sus aguas. Al sur, San Antonio de Ureka, una pequeña localidad rodeada de montañas, selva y playas vírgenes, se erige como el auténtico paraíso natural. No te vayas de Bioko sin visitar las Cascadas de Iladyi, en el valle de Moka, un espectáculo que no te puedes perder. Si por el contrario buscas el ambiente capitalino playero, sobre todo los fines de semana, la Playa del Seis, de arena negra, es perfecta cuando la marea está baja, pero si prefieres la tranquilidad más absoluta, puedes trasladarte hasta la Isla de Annobón, con playas casi vírgenes y con menos afluencia turística, aunque debes tener en cuenta que el invierno, de octubre a abril, es mucho más húmedo. Si viajas hasta la pintoresca Isla de Corisco, además de pasear por la orilla de sus blancas playas, puedes hacer un poco de turismo cultural para conocer su patrimonio.

PRUEBA SUS PLATOS LOCALES

Tras adentrarte en el corazón de Guinea Ecuatorial, toca probar sus platos típicos con pescados a la brasa recién capturados, langosta o caracoles (bilolas), con arroz o plátano, yuca o malanga, acompañados de alguna de sus bebidas propias como el vino de palma (topé) o una malamba, a base de jugo de caña, o por qué no, una cerveza fría para hacer más llevadero el habitual picante de las comidas. Para comenzar, pide una sopa de pescado picante (pepesup) o una salsa de cacahuetes, y para terminar, después de un postre a base de sabrosas frutas, como papaya, piña, sawa sawa o guanábana y mango…, una digestiva taza de té de jengibre con azúcar.

PASEA ENTRE EDIFICIOS EMBLEMÁTICOS

Pero Guinea Ecuatorial es mucho más. Rincones inexplorados y ciudades llenas de encanto, como la capital, Malabo, con su catedral neogótica de Santa Isabel; la Plaza de la Independencia, donde pararse a planear más excursiones bajo las palmeras; el Museo Etnográfico Nacional o alguno de los palacios y edificios de la época colonial, o la gran necrópolis de más de 2000 años, para lo que tendrás que visitar la Isla de Corisco.