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El órdago de Dulce: será la madrina del hijo de Chabelita

Dulce, la niñera de Alberto, será su madrina por encima de la mediática abuela, a quien no le ha gustado nada la noticia. Antes de la ceremonia, deben llegar a un acuerdo sobre la participación de Pantoja en una exclusiva familiar.

Chabelita y Dulce (a la derecha de la imagen, junto al pequeño Alberto) mantienen una excelente relación/ gTres
Chabelita y Dulce (a la derecha de la imagen, junto al pequeño Alberto) mantienen una excelente relación/ gTreslarazon

Tiemblan los cimientos de Cantora. Los gritos de su dueña, Isabel Pantoja, al enterarse de que su odiada Dulce Delapiedra la ha desbancado como madrina de su nieto Albertito resuenan todavía por toda la propiedad.

Tiemblan los cimientos de Cantora. Los gritos de su dueña, Isabel Pantoja, al enterarse de que su odiada Dulce Delapiedra la ha desbancado como madrina de su nieto Albertito resuenan todavía por toda la propiedad. La tonadillera ha recibido un golpe de efecto en el corazón y no perdona a su hija tal desavío. A mediados de julio, Chabelita y su pareja, Alberto Isla, bautizarán a su hijo –unos dicen que en Cantora, otros, que en una iglesia del Puerto de Santa María, donde la pareja reside– y ya tienen vendida la exclusiva. El problema es que si Isabel Pantoja no aparece en las imágenes mermará considerablemente la cifra. Dulce, niñera de Alberto, no vende tanto como su ex patrona y ahí están negociando madre e hija para ver si llegan a un acuerdo. Dos exclusivas en una: lo que se llevarían la hispanoperuana y su novio y lo que habría que dar a su polémica madre.

Si las dos partes acercan posturas, la comida después de la ceremonia tendrá lugar en la finca. Pero el bautizo propiamente dicho tendrá que ser en una parroquia cercana. Mientras tanto, Dulce disfruta de su «venganza» contra la mujer que, según ella, tanto daño le hizo. Ella fue casi una madre para Chabelita en su niñez y adolescencia, por encima de una Pantoja que se pasaba más tiempo fuera que dentro de casa. Y cuando la hija dejó la finca familiar, Delapiedra siguió sus pasos. Están muy claras las preferencias. La niñera supera a la madre en lo emocional, en cariños y consejos. Además, madre e hija viven una nueva crisis de afectos. Ya se veían y hablaban poco, pero ahora la distancia parece más interminable. Dulce les separa y si, finalmente, la finca es el lugar elegido para la celebración del bautizo, que nadie espere ver alegría en los rostros de los principales protagonistas. Caras largas con el dinero como único «leitmotiv».

Uno de los trabajadores de Cantora desvela que «la patrona no puede ni ver a Alberto, de hecho, le ha impedido la entrada en la finca. Ese chico fue muy duro con ella la primera vez que se separó de Isabelita, no venían a cuento los ataques contra doña Isabel. Creo que no habrá reconciliación en la vida y que si se encuentran en alguna fiesta familiar los besos y abrazos brillarán por su ausencia».

Invitados y enemigos

Luis Rollán ha vivido en primera persona los primeros 18 años de vida de Chabelita, era uno de los pocos amigos íntimos de su madre, aunque ahora las cosas hayan cambiado. Puestos al habla con el periodista nos dice que no estará en el bautizo. No aparece en la lista de invitados, al igual que otros, como Falete, Las Mellis, Raquel Bollo y Chelo García Cortés, que, en tiempos, formaron el núcleo «duro» de la tonadillera. La nueva «corte» de amigos de Chabelita la forman Jorge Javier Vázquez, Kiko Hernández, su prima Anabel, el siempre fiel Sema, su representante y amiga incondicional Sonia... y pocos más.

Quienes no tienen la menor intención de asistir a este acontecimiento familiar son el tío Agustín y la abuela Ana. El primero es enemigo irreconciliable de su sobrina y la delicada salud de la segunda le impedirá asistir a la celebración. Por otra parte, todavía no hay constancia de que su hermano, Kiko Rivera, vaya a participar en el bautizo, pero su hermana sí que estuvo en el de su hija Ana recientemente. Él se lleva bien con su cuñado Alberto, mucho mejor que con Alejandro Albalá, anterior marido de su hermana, pero la «mano que mece la cuna» familiar podría presionar al Dj para que no forme parte de la exclusiva si ella no llega a un acuerdo para llevarse su parte. En fin, que estamos ante la demostración de que el cisma de los Pantoja es un hecho y ni los más pequeños de la familia pueden unir lo que los mayores separan.