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La nueva y mejor vida de Pamela Anderson

La nueva y mejor vida de Pamela Anderson
La nueva y mejor vida de Pamela Andersonlarazon

Pamela Anderson está más feliz que nunca y lo ha expresado en una entrevista en exclusiva para «Vanity Fair». Después de una vida descontrolada y llena de excesos, la actriz conocida mundialmente por interpretar a C.J. Parker en la mítica serie de televisión «Los vigilantes de la playa» —que, por cierto, tendrá su adaptación a la gran pantalla para 2017—, siente que «empieza el segundo acto». Con un proyecto cinematográfico entre manos y la publicación de un libro, la conejita Playboy más polémica inicia una nueva vida. Pero no es el éxito laboral lo que provoca su felicidad, a tres semanas de acabar el tratamiento contra la hepatitis C que contrajo de su primer marido Tommy Lee Jones (batería de Mötley Crüe), Anderson ve la luz al final del túnel.

Matrimonios fugaces y fiestas sin fin, una vida en forma de montaña rusa que, después de muchos años protagonizando las portadas de la prensa sensacionalista, toca su fin. Enferma, con dos hijos —Brandon (19) y Dylan (17)— y con una deuda millonaria en abogados, Anderson ha dado un giro de 180º a su vida.

Pamela Anderson se desnuda

«Vanity Fair» pudo hablar con la modelo en un momento clave de su vida en el que deja atrás un oscuro pasado. «Me quedan sólo tres semanas de tratamiento para curarme de la hepatitis C que contraje cuando estaba casada con Tommy Lee Jones. Me dieron diez años de vida y entré en una dinámica autodestructiva. Me daba pánico estar sola», se sincera ella. «Yo era muy naíf cuando conocí a Tommy. Él era rebelde, salvaje, se metía en líos, salía hasta muy tarde. Me quedé embarazada y dejé de beber. Después me volví a meter en líos. Tommy y yo compartimos unas agujas para hacernos un tatuaje -momento en el que él negó estar infectado- y contraje la enfermedad. Me la diagnosticaron cuando me acababa de divorciar, con dos bebés que tenía que criar sola porque él estaba siempre de gira. Recomiendo a las mujeres no tener el tipo de relación tormentosa que yo tuve con Tommy, aunque ahora seamos amigos —en su día tuvo que cumplir cuatro meses de prisión por agredir a la actriz— y educo a conciencia a mis hijos para que respeten a las mujeres», dijo la actriz.

Pero eso no fue todo para esta etapa tan problemática o incluso gafada, durante los tres años que estuvieron casados, además de contraer hepatitis C, también tuvieron que enfrentarse a un robo en su domicilio de Malibú. Pero la guinda del pastel fue la filtración y posterior viralización en internet de unas películas caseras que la pareja había grabado manteniendo relaciones sexuales. «Fue humillante. Nunca he querido ver las imágenes. Eran veinte cintas que grabamos durante nuestra luna de miel, las juntaron e hicieron con ello una película. Fue durísimo, demasiada presión, y creo que uno de los motivos por los que Tommy y yo no estamos juntos. La gente sigue creyendo que lo habíamos filtrado nosotros y eso es mentira», contó Anderson, quien muy a su pesar creó un microgénero con los vídeos sexuales caseros.

Obviamente, la revista no pudo evitar preguntarle si sus hijos —al igual que el resto de la humanidad hace tarde o temprano—, conocen la existencia de dichos vídeos. «Por supuesto. Tuve que mantener con ellos una conversación porque ya escuchaban comentarios en el colegio. Fue devastador. Creen que es horrible lo que se le hizo a su madre, pero también el tipo de madre que soy supongo que influyó. Yo tenía un pasado de chica Playboy pero, por supuesto, esto era una cosa diferente», contestó ella.

Pero ahí no acabó todo

Si los tres años de matrimonio que Anderson compartió junto al rockero no eran suficientes, le siguieron otros diecisiete, un total de 20 años, llenos de problemas. Recién divorciada y notificada sobre su infección por el virus, con una deuda de un millón de dolares en abogados y dos hijos a los que tenía que criar sola puesto que Tommy siempre estaba de gira, Anderson vio cómo sus problemas crecían y se agrababan al empezar a automedicarse, beber alcohol y encadenar fiestas salvajes. «Si no hubiese tenido a mis hijos, habría caído más hondo», reconoce la actriz. Pero a la modelo le gusta ver el vaso medio lleno: «Todos los errores son aciertos encubiertos. Siento que la vida me ha dado una segunda oportunidad. Ahora empiezo el segundo acto. No me da miedo envejecer. Sueño con ser abuela. Disfruto haciendo meditación, yendo al supermercado, paseando a los perros por la playa antes de llevar a mis hijos al colegio».

Y como no podía ser de otra manera, un cambio de vida conlleva un cambio de compañías. Ahora su nuevo mejor amigo, o al menos uno de ellos, es Julian Assange, fundador de WikiLeaks. «Cada vez que estoy en Londres lo visito. Creo que es uno de los líderes del mundo moderno; al fin y al cabo la información es lo más valioso que tenemos», Anderson añade, divertida y, en parte, aliviada: «Por primera vez no me preguntan sólo por mis novios o mis pechos». Por su parte, el ciberactivista también tiene buenas palabras para ella: «Te desarma por su inteligencia y su luz. No tiene nada que ver con la imagen que la gente tiene de ella.

Salvo que es un “sex symbol”; eso no es un mito. Cuando me visita hablamos de muchos temas “off the record”, no solo de la dirección que está tomando el mundo. Pamela ha aprendido a ser políticamente espabilada», añade Assange.