Moda

Philippe Venet, la vida sin Givenchy

Givenchy, sujetando la cámara, y Philippe Venet en 1961, en Francia
Givenchy, sujetando la cámara, y Philippe Venet en 1961, en Francialarazon

Los dos diseñadores pasaban mucho tiempo en el palacio de Le Jonchet, una de las propiedades que heredará Venet y que forma parte de la fortuna del creador, valorada en 160 millones de euros del creador Givenchy del creador francés fallecido esta semana títulos nobiliarios

Compartieron juntos décadas de amor y de pasión por la moda desde que sus vidas se cruzaron allá por los 50 en un taller de costura y nunca más se separaron hasta que la muerte lo decidió. El pasado fin de semana fallecía Hubert de Givenchy a los 91 años dejando a su viudo, Philippe Venet, de 88, la difícil tarea de continuar viviendo sin su «compañero y amigo», tal y como el propio Venet definió a Givenchy cuando anunció su deceso.

Ambos envejecieron juntos en una magnífica residencia del siglo XVIII, el palacete Hôtel d’Orrouer, que compartían en la calle Grenelle de París, en la Rive Gauche del Sena, una de las zonas con más caché de la capital francesa. Los dos dedicaban buena parte de su tiempo a cuidarse el uno al otro y a hacer más llevaderos los achaques de la edad, incluso superaron juntos la difícil prueba de un cáncer que padeció su ahora viudo. Pero todo de forma independiente, ya que cada uno habitaba en un ala de la casa. Aprovechaban el buen tiempo para dar largos paseos por el jardín de otra de sus lujosas residencias, el palacio de Le Jonchet en Romilly-sur-Aigre, una pequeña localidad de apenas 500 habitantes a poco más de cien kilómetros de París, donde cada vez pasaban más tiempo.

Y cuando la salud les permitía escapadas más largas, disfrutaban de su piso alpino, sobre todo a partir de la venta de otra de sus propiedades: su gran villa veneciana. En cualquiera de ellas les encantaba que sus amigos fueran a visitarlos.

Givenchy deja una fortuna valorada en 160 millones de euros que irá a parar en su mayoría al hombre que compartió su vida. Pero no en su totalidad. Una parte irá a los sobrinos del diseñador, con quienes mantenía una cariñosa relación. La duda ahora es dónde fijará su residencia el viudo de Givenchy, si permanecerá en uno de los barrios más exclusivos con el bullicio capitalino o preferirá la tranquilidad de la pequeña y provinciana localidad de su otra residencia principal. Precisamente, el alcalde de Romilly-sur-Aigre, Philippe Gasselin, ha comentado a un diario local tras la muerte del diseñador que ambos residían «cada vez más a menudo» allí. Lo cual parece dar una pista del futuro del viudo.

El castillo de Le Jonchet es un palacio renacentista de principios del siglo XVII construido por el arquitecto Gabriel de Lestrade que el propio Givenchy mostró a la revista «Art of the Room». En 1950 estaba casi en ruinas y tuvo que ser completamente restaurado. Pero el valor de la mansión y del castillo de la pareja no solo está en lo puramente arquitectónico, sino también en el contenido. Las adquisiciones del diseñador que mejor supo entender a Audrey Hepburn siempre llevaban el sello de la exclusividad. Una poltrona del rey Luis XVI fue una de sus primeras compras importantes.

Afición por el arte

Y poco a poco, como él mismo contaba en entrevistas, fue llenando sus casas de tesoros, especialmente de mobiliario de los siglos XVII y XVIII y de arte contemporáneo. Givenchy era un apasionado del arte de esos siglos, pero no depreciaba nunca pujar por una buena pieza vanguardista del XX. Así que la herencia de Philippe Venet trasciende a las propiedades inmobiliarias y tiene un eje fundamental en el mundo del arte en todas sus dimensiones. Objetos valorados en millones de euros que recuerdan toda una vida compartida con el gran «gentleman» de la moda.

32 MILLONES EN UNA SUBASTA

Antes de cumplir 90 años, el diseñador subastó una colección de 22 piezas diseñadas especialmente para él por Diego Giacometti, escultor y hermano menor de Alberto Giacometti y gran amigo del modisto. Hace un año, y en una entrevista para «Le Figaro», Givenchy reconocía que sentía que tenía que deshacerse de parte de su patrimonio para «poner las cosas en orden» dada su avanzada edad: «Tengo que pensar en el futuro. Debo tomar decisiones y no es fácil cuando tienes colecciones acumuladas». En la casa de apuestas parisina Christie's fue donde, en marzo del pasado año, se deshacía de unas obras que partían de un presupuesto de 7 millones de euros y que además servían de homenaje al escultor. Se trata de una colección de un gran valor artístico y sentimental, ya que, según aseguraba Givenchy, se habían diseñado especialmente para su castillo de Jonchet: «Se han hecho para este estilo más refinado del siglo XVII, que recuerda a la atmósfera del Museo Picasso. El resultado es muy personal». La venta de la colección superó las expectativas al conseguirse un total de 32,7 millones por todas las piezas. La más preciada fue una mesa octogonal cuyo valor ascendió a 3,7 millones.