Cuándo beber agua

Al levantarte: Hidratarse antes del desayuno

Cuando te levantas de la cama llevas (si todo va bien con tu sueño) ocho horas o más sin beber nada. Aunque tu cuerpo no necesita tanta agua mientras duerme, beber dos vasos por la mañana, antes de hacer cualquier otra cosa, tiene bastantes ventajas. Por un lado, arrancas tu sistema digestivo, al que se le debe dar un tiempo para que se despierte. Por eso a muchas personas «no les entra» el desayuno. Dos simples vasos de agua van a hacer que te entre hambre y ganas de desayunar algo sano (mucho mejor si es salado) y, por otro lado, va a mejorar tu regularidad a la hora de visitar el baño.

Con la comida: Evita atracciones como el alcohol

Eso tan escuchando de que se debe evitar el agua comiendo porque interfiere con la digestión no es más que un rumor y un malentendido demasiado extendido. Se tiene que beber agua con las comidas y también fuera de ellas, tanto antes como después y, lógicamente, durante. A menudo, nuestro organismo confunde la sed con el hambre y solemos comer más de la cuenta cuando en realidad lo que ocurre es que estamos deshidratados. Si bebes un par de vasos de agua antes de comer vas a llegar a la mesa con muchas menos ansias y de esa manera limitarás con creces el consumo de alcohol, el cual nunca debes utilizar para quitarte la sed.

Haciendo deporte: Lleva líquido suficiente contigo

Hacer deporte en verano es diferente a hacerlo en invierno. Tienes que abrigarte menos, y tienes que beber más agua, mucha más. Se ha calculado que las necesidades de hidratación de una persona haciendo deporte moderado al sol son de un litro de agua por cada hora de esfuerzo. Así que si sales a correr o en bicicleta, o si has decidido unirte al grupo de voley playa o de yoga, necesitas llevarte provisiones suficientes. Recuerda que si te deshidratas tu rendimiento descenderá estrepitosamente. De nuevo, es mejor beber agua antes que bebidas

isotónicas que son solo azúcar.

De fiesta: Una copa, un vaso de agua

El consumo medio de alcohol asciende en dos épocas del año. Seguro que lo has adivinado: en Navidad y durante el verano. Es casi inevitable salir de noche y que caiga al menos una cerveza, un vino o incluso varios combinados. El alcohol es lo que más va a afectar tu línea al final del verano, así que siempre es recomendable beberlo con moderación. El agua puede ayudar. Por eso, procura beber un vaso de agua por cada copa de alcohol. Beberás la mitad, evitarás quitarte la sed con alcohol y, por lo tanto, tendrás mucha menos resaca al día siguiente. El resto del día, sigue el mismo consejo: más agua y menos cerveza.