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Albert Rivera: «Veo a Rajoy por trabajo y no nos reímos, pero ambos tenemos sentido del humor»
Fue campeón de natación, campeón nacional de debate y ahora es el favorito del Ibex 35. El político que reivindica el huérfano «centro» que ocupara Adolfo Suárez se muestra contrario al «delirio secesionista, pues pretende hacernos renunciar a la mayoría de catalanes a parte de nuestra identidad»
Fue campeón de natación, campeón nacional de debate y ahora es el favorito del Ibex 35. El político que reivindica el huérfano «centro» que ocupara Adolfo Suárez se muestra contrario al «delirio secesionista, pues pretende hacernos renunciar a la mayoría de catalanes a parte de nuestra identidad».
Una calurosa tarde de verano nos ayuda a comprenderle mejor y a disfrutar del profuso verbo del líder de Ciudadanos. Ensombrece el ánimo, sin embargo, los recientes sucesos de Barcelona y Cambrils, por los que le hemos preguntado después de que se realizase la entrevista.
–Tremendos los atentados de hace diez días...
–Han sido un golpe muy duro para todos los españoles, y para mí especialmente, al ver cómo el terror y el dolor se apoderaban de mi ciudad, Barcelona. Pero nos tenemos que levantar de este duro «shock» para hacer dos cosas. Primero, estar al lado de las víctimas y de sus familias. Y, segundo, para hacer autocrítica y analizar cómo ha podido suceder esta masacre en nuestro país. Hay muchas preguntas en el aire sin respuesta aún y empiezan a evidenciarse errores de coordinación entre administraciones. Se debe pedir a los gobiernos que lo analicen todo y tomen medidas valientes y eficaces para que no vuelva a pasar.
–Se hace imprescindible el pacto antiterrorrista, ¿no?
–El pacto antiyihadista es imprescindible para luchar contra los terroristas. En España se han podido detener a muchos yihadistas en estos dos años gracias a algunas medidas que adoptamos colectivamente. Nuestros policías, jueces y fiscales necesitan instrumentos para combatir a los asesinos desde el Estado de Derecho. Por otro lado, estoy convencido de que la mayoría de españoles no entienden que Podemos, PNV, Convergència o ERC no quieran sumarse a este pacto. El terrorismo no se «observa», te sumas y luchas contra él junto al resto de partidos. Y, finalmente, soy un convencido de que hace falta un pacto antiyihadista europeo. París, Berlín, Niza, Bruselas, Londres, Manchester, Barcelona... El yihadismo es una amenaza global, por tanto necesita acciones globales. Empecemos por un pacto entre europeos.
–¿«Somos catalanes y somos españoles» puede ir en la misma línea?
–Para mí ambas cosas son parte de lo mismo y para la mayoría de catalanes, también. Los políticos separatistas son, entre otras cosas, egoís-
tas porque con su delirio secesionista pretenden hacernos renunciar a la mayoría de catalanes a parte de nuestra identidad.
–Pasemos a temas menos dolorosos. Le ven como «el Macron español», ¿no será Macron el Rivera francés?
–Soy el Albert Rivera español. Con Macron tengo algunas cosas en común. Ambos compartimos una visión liberal y progresista de la política. Y, como él, estoy convencido de que la globalización conlleva oportunidades para los europeos que no debemos desaprovechar. Pero lo que ha hecho Macron en Francia tiene un mérito enorme. Es un buen espejo donde mirarse.
–No grita, no se exalta, es conciliador y sonríe. ¿¡Le parece que es forma de ejercer la política!?
–Es la única manera que conozco para conseguir cambiar las cosas. Los que gritan o los que son incapaces de acordar con los que no piensan igual que ellos son incapaces de liderar un proyecto más allá de estar en contra del de los demás.
–Algunos le ven como «el azote de la corrupción», aunque UPyD hizo su parte.
–En España se ha robado mucho durante mucho tiempo porque los responsables de cuidar el dinero público han sido quienes han apagado las alarmas, se han saqueado las cajas de ahorros, se han creado organismos ineficientes o duplicados y algunos han demostrado tener muy poca vergüenza.
–¿Ser de centro es no tener ideología?
–Ser de centro en España es ser capaz de reagrupar a los ciudadanos en torno a los valores que nos unen y aparcar y respetar lo que tenemos distinto. Es reconocer cosas buenas en los demás y también ser capaz de romper los obsoletos dogmas de la izquierda y la derecha.
–Es republicano pero alaba la figura de Felipe VI, ¿me lo explica?
–Somos una monarquía parlamentaria y el Rey lo está haciendo bien. Y eso que no lo ha tenido fácil. La actual Jefatura del Estado representa bien el papel que le otorga la Constitución. Además, Don Felipe es una persona muy preparada y que se debe, como él mismo dijo en el Congreso, a la voluntad del pueblo español representado en las Cortes Generales. No considero que su figura sea un problema para la mayoría de españoles. Pero la ciudadanía es soberana, según la Carta Magna, no el Rey, así que si algún día la monarquía no cumpliera su papel o el monarca de turno no estuviera preparado para el cargo, podríamos decidir en cualquier momento qué modelo de Estado queremos.
–Con sinceridad, ¿se ve como el nuevo Adolfo Suárez?
–Admiro la labor y el coraje que demostró en la Transición. Fue un ejemplo de concordia y tuvo visión de futuro. Pero no, a cada uno nos ha tocado vivir nuestro tiempo y él fue el presidente de España y yo aún no.
–No pocos ven en usted la opción idónea, pero aseguran que falta «talento» en sus filas: reciclados de UPyD, políticos independientes de distintos municipios; en fin, que les falta «intelectualidad»).
–Tenemos bastante talento en nuestras filas. Estoy convencido de que muchos ciudadanos coinciden conmigo en que Inés Arrimadas es mejor que Albiol, que Begoña Villacís es mejor que Carmena, que Girauta es mejor que Hernando o Robles, o Garicano mejor que Montoro y Nadal. Y así un largo listado de compañeros. Nunca hay que temerle al talento, a quien hay que temer es a la mediocridad.
–¿Le parece que los nuevos políticos son producto de la «telecracia»?
–La televisión es un instrumento para comunicar que te permite meterte en casa de millones de españoles para que escuchen tus propuestas e ideas. No es ni bueno ni malo, simplemente una manera de conectar con los ciudadanos.
–A nivel personal, ¿tiene mejores vibraciones con Rajoy, con Sánchez o con Iglesias?
–A nivel personal con todos ellos mantengo una relación correcta. No vine a la política a hacer amigos, pero creo que una de mis obligaciones es tener buena relación con los líderes del resto de partidos. Para mí es una condición fundamental para ser presidente. De hecho, creo que me llevo mejor con todos ellos que algunos de ellos entre sí.
–Cuando se ve con Rajoy, ¿se ríen?
–Cuando me veo con Rajoy es por trabajo, aunque creo que ambos tenemos sentido del humor y si surge algo gracioso, pues obviamente nos reímos. De hecho, confieso que no me gusta la gente que no tiene sentido del humor.
–¿Lleva personalmente su cuenta de correo, como Trump?
–Si se refiere a la de Twitter, sí, la llevo personalmente. Y el equipo de redes de C’s me ayuda con los hastags y temas de actualidad.
–¿Qué opinión le merece Trump?
–Es el presidente democrático de la nación más importante del mundo. Respeto el cargo que ocupa. Estamos condenados a entendernos con EEUU, incluso a intentarlo con Trump, pero a partir de ahí sus formas y sus políticas no me gustan y me parecen impropias y obsoletas. Su proteccionismo y populismo son antagónicos al liberalismo y a las políticas reformistas en las que yo creo y por las que trabajo cada día.
–Como orador, amén de a Felipe González, ¿a quien más admira?
–De la política internacional me quedo con la naturalidad, la voz y el «swing» de Obama. En la española, efectivamente el presidente que mejor comunicaba y lo sigue haciendo es González, aunque creo que Suárez también tuvo buenos discursos.
–¿Esperanza Aguirre estuvo tentada de migrar a Ciudadanos? Declaró su admiración por usted.
–No. Y respecto a la admiración, suelo agradecer las buenas críticas y muestras de respeto de los demás, aunque sean de otro partido.
–Lopetegui tiene un «coach», los olímpicos tienen un «coach», los grandes empresarios tienen un «coach». ¿Necesita uno Rivera?
–También tuve uno un tiempo, y de hecho hacemos «coaching» de equipo en C’s. Creo que es útil utilizar las técnicas que usan los mejores deportistas o las mejores empresas también en la política. Siempre hay margen para seguir mejorando. No te fíes de los que ya lo saben todo.
–¿Es partidario de «compañeros y compañeras», o nos ceñimos a la RAE y simplificamos?
–Me ciño a la RAE y simplificamos. Además, es lo correcto desde el punto de vista gramatical. No hay que politizarlo todo.
–Corren aires de nuevo feminismo, ¿qué opinión tiene al respecto?
–Corren nuevos aires neopuritanos que quieren decirles a las mujeres y los hombres cómo deben pensar, ser y hablar. Y esos aires vienen tanto por algunos «lobbies» en la izquierda como en la derecha. El feminismo o respeta la libertad individual de la mujer o no es feminismo. Yo me considero feminista porque quiero igualdad de oportunidades para la mujer y confío en su capacidad para decidir en libertad.
–«Prefiero abrir el debate sobre la gestación subrogada en lugar de mantenerlo en una situación alegal». ¿Por qué ?
–Nuestra propuesta es altruista, garantista y protege los derechos del menor y de todas las partes. Tenemos que ser comprensivos y permitir formar familias a aquellas personas que no pueden tener hijos después de haber agotado todas las técnicas de reproducción asistida que existen. No es justo que únicamente puedan acudir a la gestación subrogada las personas con una determinada capacidad económica y que lo hagan en Portugal, Reino Unido, EEUU o Canadá y aquí miremos hacia otro lado.
–Confiese, ¿con qué compañero político se iría de cañas aunque no comparta sus ideas?
–Con Eduardo Madina, con Pablo Casado o con Errejón. Para pasarlo bien no hace falta estar de acuerdo en todo, si no sería muy aburrido.
–¿Sabe que tiene usted mucho tirón con las señoras... y con muchos señores?
–Puede ser. En general en la vida soy más partidario de seducir que de imponer o prohibir. La libertad, la seducción y la imaginación son grandes ingredientes para todo.
–Creo que le encanta la serie «Borgen». Supongo que ya la ha visto y ahora estará enganchado a otra.
–Sí, me gusta mucho. Es una gran serie, bastante parecida a la política que conozco y vivo día a día, ni demasiado «hardcore» como «House of Cards», ni demasiado edulcorada. Además, gobierna el partido centrista en Dinamarca, eso ayuda.
–¿Qué tipo de literatura le gusta?
–Biografías de personajes interesantes, historia y ensayos. Soy menos de ficción, aunque algunas novelas también me atraen.
–¿Se mira al espejo y qué ve?
–Una persona afortunada que exprime cada minuto de su vida con pasión. Me veo más maduro y, seguramente por ello, más humilde.
–¿Es de hacer deporte y tomar alimentación sana?
–Procuro cuidarme, pero no me vuelvo loco con dietas ni midiendo proteínas o calorías. Soy más de quemar calorías que de contarlas.
–Cuando no trabaja y quiere relajarse, ¿qué hace?
–Hago escapadas con mi chica, o si puedo con mi hija también, disfruto de una cena con amigos, voy bastante al cine, a conciertos, al teatro. Pequeñas cosas que son las que enriquecen la vida.
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