París

Un día en el campo con Jean-Paul Gaultier

Un día en el campo con Jean-Paul Gaultier
Un día en el campo con Jean-Paul Gaultierlarazon

La naturaleza inspira la colección de Alta Costura de Jean-Paul Gaultier que demostró hoy por qué sigue siendo el rey de la pasarela parisina al recuperar algunas de sus siluetas fetiche, como exageradas hombreras y el estampado de margaritas

La naturaleza inspira la colección de Alta Costura de Jean-Paul Gaultier que demostró hoy por qué sigue siendo el rey de la pasarela parisina al recuperar algunas de sus siluetas fetiche, como exageradas hombreras y el estampado de margaritas. Volviendo a los 80, el desfile comenzó con masculinos trajes de chaqueta en raya diplomática, faldas tubo y marcadas hombreras rectas. En esa misma estética, looks más discotequeros con pantalones de cuero y sensuales tops translúcidos.

Para el día, los vestidos se llevaron largos, hasta los pies, también con transparencias y cargados de estampados de margaritas, que Gaultier coloreó en rojo y blanco o azul, un estampado que es característico de la firma.

El francés, que celebró el desfile en el edificio donde se encuentra su taller entre champán y música festiva, eligió para la noche un estampado de flores hawaianas, una curiosa apuesta de la casa que incluyó esta decoración en brillantes telas brocadas, pelo y terciopelo.

Margaritas y girasoles también tomaron protagonismo en los diseños nocturnos, en telas sedosas estampadas, mientras que, para seguir con la estética campestre,

Gaultier convirtió pequeños abalorios dorados en corsés y cinturones que parecían simular auténtica paja dando forma a vestidos. 'Hay gente en el balcón' o 'El corazón tiene sus estaciones' fueron algunos de los divertidos nombres con los que el modista bautizó sus creaciones.

Los desfiles de Gaultier siempre son una fiesta en la que el diseñador invita a sus mejores amigos y clientes a formar parte de un mundo de diversión y amor, como se hizo evidente en su clausura. Así, la modelo canadiense Coco Rochas fue la encargada de cerrar el espectáculo descalza, con un sencillo y vaporoso vestido de novia ligeramente beige, con anchos volantes de guipur en torno al hombro; le acompañaba un modelo disfrazado de granjero sexy que la paseó en carretilla por la pasarela.