Descanso
Para los que se despiertan a media noche: el método para lograr un sueño profundo y continuo
Conseguir un sueño reparador es una ciencia que va mucho más allá de contar ovejas. Los expertos detallan cómo la rutina, la tecnología o incluso el color de las paredes pueden ser nuestros mejores aliados o peores enemigos
Dar vueltas en la cama, mirar el techo y sentir cómo la frustración crece con cada minuto que pasa es una escena demasiado familiar para muchos. Ante esta situación, la recomendación de los especialistas es tajante y, para algunos, sorprendente: hay que levantarse y abandonar el dormitorio. El objetivo es romper la asociación negativa que el cerebro puede crear entre la cama y el estado de vigilia ansiosa, una trampa psicológica que solo empeora el problema.
De hecho, la mente es a menudo la principal culpable de este insomnio transitorio. Para calmar ese torbellino de pensamientos, una técnica de probada eficacia consiste en escribir las preocupaciones en un papel justo antes de acostarse. Este simple gesto actúa como un vaciado mental, una forma de externalizar las angustias para que no saboteen el necesario descanso nocturno.
Por ello, la prevención es la mejor estrategia. Construir un ritual relajante antes de dormir prepara al cuerpo y a la mente para la desconexión. Actividades como una ducha templada, la lectura de un libro o el uso de aromas como la lavanda envían señales claras de que la jornada ha terminado. En este contexto, es importante desconectar de cualquier dispositivo tecnológico al menos media hora antes, una práctica que también subrayan desde GQ por su impacto en la producción de melatonina, la hormona reguladora del sueño.
Crear el ambiente perfecto para el descanso
En este sentido, el entorno físico juega un papel fundamental en la calidad del sueño. La habitación debe ser un santuario y, para ello, hay que controlar tres factores clave: la temperatura, la luz y el sonido. Los expertos coinciden en que la temperatura ideal para dormir se sitúa entre los 18 y los 20 grados. Unas buenas cortinas opacas son imprescindibles para aislarse por completo de la luz exterior, mientras que una máquina de ruido blanco puede ser una aliada formidable para enmascarar ruidos imprevistos que interrumpan el descanso.
Asimismo, la comodidad es innegociable. Invertir en un buen colchón y almohadas adaptados a las necesidades de cada uno no es un gasto, sino una inversión directa en salud y bienestar. Incluso la decoración influye, recomendándose colores neutros o pastel que inviten a la calma y la relajación visual, convirtiendo el dormitorio en un verdadero refugio.
Con todo, antes de obsesionarse con técnicas y trucos, conviene recordar las bases. La ciencia establece que un adulto necesita entre siete y nueve horas de sueño para un funcionamiento óptimo. Y si el sueño no llega al instante, no hay motivo para alarmarse: tardar entre 15 y 20 minutos en dormirse se considera un proceso completamente normal y saludable.