
Nutrición
Rubén Morilla, experto en nutrición: " La Dieta Mediterránea puede tener efectos positivos específicos en la salud de las mujeres"
La dieta mediterránea, un pilar de nuestra cultura, se revela como un aliado clave para la salud femenina, especialmente en una etapa vital

El patrón alimentario conocido como dieta mediterránea, arraigado en la tradición de los países de nuestra cuenca, se presenta como un estilo de vida completo. Combina el ejercicio físico y se beneficia del clima y la vida social característicos de estas regiones.
Este modelo dietético se basa en el aprovechamiento de productos agrícolas locales. Sus pilares incluyen la reducción de carnes e hidratos de carbono refinados, priorizando vegetales, legumbres, frutas, frutos secos y semillas. El aceite de oliva virgen extra es la principal fuente de grasas.
La composición de estos alimentos aporta fibra, antioxidantes y tipos de grasas que favorecen la circulación sanguínea y ayudan a controlar el colesterol. Este patrón alimentario no solo beneficia la salud general, sino que reduce de manera importante el riesgo de padecer diversas enfermedades.
La dieta mediterránea, un escudo ante los desafíos de la menopausia
Un conjunto de estudios recientes ha puesto de manifiesto los beneficios específicos de la dieta mediterránea para la salud de las mujeres, especialmente durante la menopausia. según apuntan desde Revista Alimentaria. Las investigaciones revelan que una adherencia a este modelo puede llevar a una reducción notable en los síntomas asociados, como sofocos, sudores nocturnos, insomnio y sequedad vaginal.
Este enfoque dietético se ha vinculado con una menor incidencia de ciertas patologías femeninas. La dieta mediterránea se ha asociado con una incidencia más baja de diversas formas de cáncer, incluido el cáncer de mama, el más frecuente en mujeres.
Un estudio reciente, fruto de la colaboración internacional, ha señalado que mantener la dieta mediterránea antes de un diagnóstico de cáncer podría mejorar la supervivencia. Esta mejora se ha observado en mujeres menopáusicas y en casos de cáncer de mama con metástasis, lo que subraya su importante papel preventivo.
Las investigaciones, incluidas las de la revista Circulation, han demostrado que las mujeres que adoptaron este estilo de alimentación tuvieron un riesgo menor de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Además, esta dieta se ha relacionado con una incidencia más baja de diabetes tipo 2 en el colectivo femenino.
Más allá de los beneficios físicos, la dieta mediterránea también puede influir de manera importante en la salud mental femenina. Un estudio recogido en la revista BMC Medicine constató que las mujeres que seguían este patrón alimentario experimentaron una reducción de síntomas depresivos. Se ha observado también una menor aparición de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
En el ámbito de la salud reproductiva, los estudios son menos numerosos y concluyentes. Si bien los resultados para problemas como el ovario poliquístico son controvertidos, sí se han reportado indicios de asociación con una mejora en la disfunción sexual y fertilidad.
Desde el sector de la salud se subraya que esta dieta reduce el riesgo de aparición de problemas, no los cura una vez establecidos. Por ello, el efecto protector es acumulativo, y se recomienda iniciar y mantener este patrón alimentario de forma precoz para maximizar sus beneficios a largo plazo.
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