Cádiz
Cae una peligrosa red de narcotráfico en Cádiz, con la detención de 45 personas
Guardia Civil y Policía se han incautado siete mil kilos de hachís durante la operación, que comenzó en junio
Guardia Civil y Policía se han incautado siete mil kilos de hachís durante la operación, que comenzó en junio
La Guardia Civil y la Policía Nacional han desarticulado una de las organizaciones más activas del narcotráfico en Andalucía en una operación en la que han sido detenidos 45 de sus miembros e incautados 7.000 kilos de hachís, siete embarcaciones y ocho armas de fuego.
La red se dedicaba a introducir hachís por vía marítima con embarcaciones nodriza con las que accedían al estuario del río Guadalquivir, según explican la Policía y la Guardia Civil en una nota conjunta.
La operación, denominada Candela-Narh, se inició el pasado mes de junio y ha concluido con la detención de 45 personas, entre ellas el supuesto cabecilla de la organización, conocido como “El Tomate”.
Los detenidos acercaban la droga a la desembocadura del río Guadalquivir con potentes embarcaciones semirrígidas.
También lo hacían utilizando una pequeña flota pesquera con base en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y propiedad de los cuñados del cabecilla de la organización, apodados “Los Candelas”.
Con este último método dividían los alijos de droga y los traspasaban a embarcaciones más pequeñas y discretas, desde la zona conocida como “El barco del arroz”, para minimizar las posibilidades de perder toda la carga en caso de ser sorprendidos.
Cuando eran perseguidos por las fuerzas de seguridad, los tripulantes de la red no dudaban en realizar maniobras muy agresivas y peligrosas que en ocasiones llegaban a poner en grave riesgo su integridad.
El pasado mes de agosto, en una de las persecuciones los narcotraficantes encallaron dos de sus embarcaciones en la zona de baño de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
Allí las dejaron, con el cargamento de hachís, y emprendieron la huida por tierra, aunque fueron poco después detenidos por los agentes que los esperaban en tierra.
El grupo tomaba múltiples medidas de seguridad que los investigadores han tenido que sortear para llegar a desarticular completamente la organización.
Realizaban contravigilancias, hacían un uso muy restrictivo de teléfonos, y utilizaban armas de fuego para defender su mercancía de posibles “vuelcos”, como se conoce en el argot policial los robos de droga entre organizaciones dedicadas al narcotráfico.
En una ocasión llegaron a disparar a varios agentes que les seguían al confundirles con unos rivales.
La operación, cuya fase más importante se llevó a cabo en el pasado mes de septiembre con la colaboración de la Agencia Tributaria, ha culminado con la detención de 45 personas, entre ellas el líder del grupo y la incautación de más de 7.700 kilos de hachís en los diferentes registros practicados.
Además se han intervenido siete embarcaciones, ochos armas de fuego, siete coches -tres de ellos robados-, 91.000 euros en metálico y 2.150 litros de combustible.
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