Hacienda
Dar mucho, recibir poco
Este título podría ser el lema de infinitas campañas, desde una ONG solidaria al día del orgullo gay. A mí me suena al meollo de las campañas independentistas del honorable señor Torra y de sus compañeros del viaje a la independencia, porque al final los diez mandamientos de los agravios que recibe Cataluña, según el evangelio de los embusteros soberanistas, se resumen en uno: dan más a España de lo que reciben. Por lo que, cansados de mantener a España, no tuvieron otro remedio que obtener su libertad y que los españoles se busquen la vida como puedan, que son siglos alimentando vagos y gentes de corta inteligencia. Haciendo mío el lema, también voy a pedir mi independencia personal, al menos fiscalmente, porque soy de los que doy mucho y no recibo nada. A mis 72 años, afortunadamente sigo trabajando, como soy autónomo, dos veces al año tengo que presentar a las empresas a las que facturo el certificado de no tener ninguna deuda con Hacienda, y mis ingresos obligadamente son más blancos que la leche de Pascual (elijo la marca por ser buenos anunciantes de los medios). 53 años cotizando, según información enviada por el Ministerio de Trabajo, varios de ellos en pluriactividad, y en el transcurso de tan prolongado tiempo no he tenido ninguna baja, no he recibido hasta hace tres años ni una aspirina de la Seguridad Social, no he tenido ninguna prestación, ni ayuda del Estado. Solamente trabajar y pagar. En mi misma afortunada situación habrá millones de españoles. Hasta que me han abierto los ojos los nacionalistas catalanes, no me importaba que se dedicaran muchos millones de euros al deporte, que no practico y además me aburre soberanamente como espectáculo. A autopistas y carreteras que no uso, a cárceles en las que no ingreso, a montar espectáculos carísimos en los teatros Real y Liceo a los que no voy, a subvencionar películas que no me interesan, y así hasta mil actividades donde se marcha mi dinero, sin beneficio alguno. Comprenderán que piense en adoptar las tesis independentistas: quiero que me den, el problema es por donde, en el caso de Torra, estoy seguro de que me daría de todo, pero jamás limosnas de amores y qué les voy a contar de dinero. Estas pataletas te dan en una tarde soleada de enero, después de llamarte el asesor para decirte lo que tienes que liquidarle a Hacienda por el IVA del último trimestre, más cuadrar el año completo.
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