Política

Sevilla

El cazador investigado por la muerte de un niño en una cacería usó munición prohibida

La Guardia Civil concluye en su informe preliminar, a la espera del de balística, que “la munición utilizada en el disparo mortal pudiera estar compuesta por postas”

Finca “La Lapa” en la que murió un niño de 4 años por un disparo de un cazador / Foto: EFE
Finca “La Lapa” en la que murió un niño de 4 años por un disparo de un cazador / Foto: EFElarazon

La Guardia Civil concluye en su informe preliminar, a la espera del de balística, que “la munición utilizada en el disparo mortal pudiera estar compuesta por postas”

El cazador investigado por la muerte de un niño de 4 años durante una montería hace un mes en una finca de Guillena (Sevilla) pudo haber usado una «munición prohibida en cualquier actividad cinegética», según el informe preliminar de la Guardia Civil a la espera del de balística.

El atestado, a cuyas conclusiones accedió LA RAZÓN, señala que la munición «utilizada en el disparo mortal pudiera estar compuesta por postas», consistente en que en un mismo disparo se desprenden varias balas que salen en diversas direcciones, según explicaron fuentes del caso.

El informe además contradice al abogado de la defensa, que señaló que el niño se salió del puesto en el que partcipaban en la montería su padre y su abuelo, pues «de lo observado en el puesto de tiro número dos, se desprende qe el menor estaría colocado en su puesto de forma correcta, justo en la marca de señalización del mismo». Por contra, L.A.G. –investigado por homicidio imprudente–, «se salió de su puesto de caza, subió hasta la zona más alta a unos 25 metros de distancia de su puesto, en la zona del cruce del camino» y «en un momento dado disparó en dirección contraria a la que tenía indicado disparar si hubiese estado en su puesto, realizando el disparo hacia los puestos 2 y 3». La Guardia Civil reseña varias irregularidades en la montería –la defensa del cazador ha derivado responsabilidades al organizador, que testificará en marzo– . Así, «los puestos 2, 3 y 4 no estaban montados de forma correcta» con la distancia de 150 metros entre ellos que marca la ley cuando «no existen obstáculos naturales» y no se habían señalizado los accesos a la finca y caminos colindantes indicando que se estaba celebrando una cacería.