Sevilla
El PP evita señalar candidato y gana tiempo hasta el relevo del 1 de marzo
Toque a rebato de unidad hasta encarar el 1 y 2 de marzo un congreso extraordinario en Sevilla en el que se acometa definitivamente el relevo en el puente de mando del PP-A. Esa fue la consigna que dieron ayer en la Junta Directiva Regional tanto la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, como el presidente andaluz, Juan Ignacio Zoido. Las palabras de Zoido fueron de despedida: «Mi misión como presidente acaba aquí. Lo dije en Granada –el 'congreso de la transición'– y lo manifesté a la dirección desde el principio. Yo había sellado un compromiso con la ciudad de Sevilla desde 2006. Se me encomendó una misión y acepté con condiciones. Tengo que reconocer que me las habéis respetado».
Tras la convocatoria ayer del Congreso extraordinario, hay 7 días para la presentación de candidatura. Basta con 90 avales de militantes. La intención de los populares es revestir la elección con un marchamo de apertura, una fórmula ajena a la pauta general de actuación y a la estructura fuertemente presidencialista del PP. Quien quiera podrá presentarse, aunque ya hay una persona señalada oficiosamente por la dirección regional, el actual secretario general del PP-A, José Luis Sanz. No está del todo clara la raíz de la estrategia. O bien el PP-A quiere despojarse del baldón del «dedazo» o bien quiere ganar tiempo porque el presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy, que es al fin y al cabo quien tiene la última palabra, aún no las tiene todas consigo de que Sanz sea el candidato idóneo. Y que ejerza además de contención –esta clave no conviene perderla de vista–de cara a las próximas elecciones generales. Si se cumple el calendario previsto, serán antes que las autonómicas. El PP cosechó en Andalucía en las elecciones del 20 de noviembre de 2011 casi dos millones de votos, con los que Rajoy acabó de llenar el granero para poner los dos pies en la Moncloa.
En el empeño de que no sea José Luis Sanz el candidato hay un sector crítico en el PP. No mayoritario, pero existe. Las dos provincias que más se han movido en esta dirección han sido Málaga y Cádiz, que tienen al frente presidentes provinciales muy cercanos al ex presidente del PP-A Javier Arenas. La experiencia previa indica que raramente las posiciones se mueven una vez que Génova manda a estar prietas las filas. Aunque puede que esta vez haya excepciones a la regla.
La comida que mantuvieron ayer con Cospedal en un restaurante sevillano los ocho presidentes provinciales, Juan Ignacio Zoido, el secretario de Organización, Carlos Floriano y Javier Arenas fue más pacífica de lo que se esperaba. Así lo aseguran a este medio tres personas presentes en la comida. El ágape, sin embargo, estuvo precedido de polémica al suspenderse una cena el día antes en la capital hispalense que se interpretó como el segundo frenazo de Rajoy al proceso, molesto por las disensiones internas, que las hay, en torno a la candidatura y al hecho de que Cospedal, de la mano de Zoido, cerrara la puerta a que ningún ministro sea candidato. Durante la comida, que duró dos horas, cada barón provincial fue tomando la palabra y exponiendo su parecer del proceso, aunque ninguno, según las mismas fuentes, se mostró crítico con el proceso. El nombre de José Luis Sanz no apareció. La directriz de Cospedal: aparcar las quinielas de nombres.
El toque de atención de Zoido para mantener un PP-A «fuerte» no fue casual. Ni su llamada casi evangélica a la espera: «La paciencia es también un valor».
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