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Juan José Imbroda: «Si vienen a Melilla durante la Feria se van a sentir contentos y como en casa»

Mañana arrancan ocho días de fiesta con sabor andaluz en la colorista y original ciudad africana

Juan José Imbroda
Juan José Imbrodalarazon

Melilla se prepara para presumir de feria desde mañana hasta el 8 de septiembre. La ciudad africana sabe demostrar en esos días cómo en el otro lado del Mediterráneo se puede disfrutar de los últimos días del verano con una celebración con sabor andaluz pero que también tiene el toque de las diferentes realidades que viven allí. Juan José Imbroda, presidente de la ciudad autónoma, disfruta la feria de caseta en caseta y ofrece las claves para sacarle el mayor partido.

–¿Por qué hay que venir a la Feria de Melilla?

–Bueno, la verdad es que tiene todos los componentes que se le suponen a una feria como la de Abril de Sevilla o la de Málaga pero más pequeña. Es una feria bastante andaluza y tiene una riqueza gastronómica muy amplia fruto de las diferentes culturas que coexisten aquí. Además, mientras se da un descanso a la feria, se puede uno ir a disfrutar de una playa de arena fina o recorrer el interesante patrimonio cultural que tenemos.

–¿Cuáles son sus principales atractivos?

–Tenemos una uniformidad de casetas en un recinto ferial que es un espacio multifuncional que permite una sombra en las calles principales, lo que le da una belleza propia y singular. Además, la animación que se da dentro de ellas con una amplia oferta de ocio así como una dedicada a los niños, por lo que podemos decir que hay una «macroguardería» en la que los padres pueden dejar a sus hijos tranquilamente.

–¿De dónde le viene a Melilla esa impronta andaluza?

–Pues mire, en 1497 llegaron desde Sanlúcar de Barrameda los primeros pobladores al mando de Pedro de Estupiñán para recibir la ciudad que fue entregada por el alcalde de la época. La relación con Málaga es fundamental, cuando la ciudad se abre a extramuros son andaluces los que vienen a vivir y a trabajar aquí. Mire otro dato, la patrona de Melilla es la Virgen de la Victoria, que es la misma que la de los malagueños.

–Se celebra desde 1903. Con 110 años de historia, ¿qué hechos calificaría como más relevantes en este siglo largo?

–Ya antes también se celebraba, pero oficialmente desde entonces. Hay varios momentos importantes, pero sólo tomando uno como ejemplo veremos su importancia. Si hablamos de toros, en 1947 se inauguró la plaza actual y el cartel es interesante. El 6 de septiembre de aquel año, estrenaban el coso Domingo Ortega, «Parrita» y «Manolete», éste último no pudo hacerlo porque la corrida anterior era la de Linares, donde perdió la vida. Otro hito ha sido llevar la feria a la plaza multifuncional, que la hace más cercana.

–¿Feria de día o de noche?

–Son dos cosas distintas que se complementan perfectamente. Durante el día tenemos un sistema de pulverización de agua que humedece el ambiente y hace muy agradable el paseo. Por la noche, hay menos niños y se viven más los espectáculos que se traen a las casetas.

–Me ha hablado de una gastronomía peculiar. ¿Qué hay que pedir en la barra?

–Aquí el pescado es fantástico, de primera calidad y fresquísimo, porque tenemos una plaza que a muchos les gustaría tenerla. También pediría el «cuscús», el pinchito y por supuesto lo clásico, jamón, queso y una copita de Manzanilla o Fino.

–¿Qué momentos no hay que perderse?

–La inauguración el sábado es un momento importante, cargado de ilusión. Es cuando llega la explosión de alegría. Luego depende de las ganas de cada uno y de los actos que hay organizados para cada día. Los tres últimos son también muy importantes y viene mucho público.

–Los más jóvenes también tienen su espacio, supongo.

–Claro, hay casetas con mucha marcha donde pueden pasárselo muy bien. Hay que decir que además de la caseta oficial hay de muchos tipos para disfrutar de actuaciones y espectáculos. Otro colectivo importante es el de los cofrades, que trabajan para recaudar fondos con los que mejorar los enseres de las hermandades. Existe una pugna muy sana entre ellas para ver qué plato es el más original o el que más gusta.

–¿Ir a Melilla en feria es una buena opción para conocer la ciudad?

–Es una muy buena opción, porque es una ciudad con un gran patrimonio histórico y la segunda con más edificios modernistas de España después de Barcelona. Es un complemento extraordinario y además tiene una playa fantástica donde poder bañarse.

–¿Con qué oferta hotelera cuenta en la actualidad?

–Mantenemos abiertas unas 1.000 plazas de calidad y sólo hay que reservarlas con un poco de tiempo, porque viene mucha gente. En especial, se acercan muchos peninsulares para compartir esos días con familiares y amigos.

–¿Cómo vive usted la Feria?

–Mire, tengo que estar en muchos sitios, hacer muchas cosas, saludar a mucha gente, pero lo bueno es que mientras haces todo eso te paras y ves a personas que hace tiempo que no veías. Se puede hablar, charlar, reencontrarse con amigos y la disfruto al máximo, la verdad.

–Deme algunas claves para disfrutar de Melilla a tope

–Bueno, sería un poco de todo lo que le he dicho, pero la verdad es que lo primero que se puede decir es que cuando se llega por primera vez, uno se da cuenta de que no se esperaba lo que se encuentra. Es una de las ciudades más bonitas de España, no lo digo como melillense o como su presidente, sino desde la objetividad de haber visto muchas ciudades españolas. Si vienen se van a sentir contentos y como en casa debido a la riqueza monumental, la vida intercultural y la hospitalidad de la gente. Venga a la feria y a una de las ciudades más bonitas de España.