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La caja (no tan) tonta

Los hábitos televisivos han cambiado con la llegada de plataformas como Netflix, HBO, Amazon, la menos conocida Filmstruck y Filmin

El malagueño Antonio Banderas es el más conocido entre los candidatos por su caracterización de Picasso en Genius; el padre de Millie Bobby Brown, la popular Once en Stranger Things, era agente inmobiliario en la Costa del Sol cuando ella nació; y el sevillano Paco Cabezas está nominado por su trabajo en The Alienist
El malagueño Antonio Banderas es el más conocido entre los candidatos por su caracterización de Picasso en Genius; el padre de Millie Bobby Brown, la popular Once en Stranger Things, era agente inmobiliario en la Costa del Sol cuando ella nació; y el sevillano Paco Cabezas está nominado por su trabajo en The Alienistlarazon

Los hábitos televisivos han cambiado con la llegada de plataformas como Netflix, HBO, Amazon, la menos conocida Filmstruck y Filmin

Esta expresión se hizo muy popular a partir de los años 90 con la llegada de las nuevas cadenas de televisión, privadas y autonómicas. Cuando en los últimos años el adjetivo anglosajón smart dejó de asociarse con exclusividad al teléfono para hacerlo también con el televisor, algunos pensaron que los smart tv, haciendo gala de su condición de inteligente, sabrían discriminar y obviarían en su menú de canales aquellos que en un 90% de programación emiten mayormente basura; craso error.

El televisor sigue siendo una poderosa herramienta política, no sólo en la gestión de entes públicos, sino como instrumento para ganarse a las grandes masas: en 2010, cuando la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, estaba en pleno apogeo, una de sus medidas fue financiar a un alto coste la emisión gratuita de los partidos del Mundial de Sudáfrica; lo justificó como la conquista de un derecho fundamental y en una frase, que levantó muchas heridas entre los familiares de los desaparecidos, comparó el secuestro de los goles por parte de las cadenas privadas con el secuestro de 30.000 argentinos durante la dictadura militar, banalizando un hecho tan terrible.

Los hábitos televisivos han cambiado con la llegada de plataformas como Netflix, HBO, Amazon, la menos conocida Filmstruck y Filmin, apuesta española no exenta de riesgo por llegar antes y romper con la inercia de tantos años en el tradicional consumo de cine en televisión. A estas alturas, con todas estas plataformas, con precios muy competitivos (por menos de lo que salen dos entradas de cine al mes), carece de sentido ver, o mejor dicho tratar de hacerlo, una película o un capítulo en una cadena que la interrumpe con eternos bloques de publicidad.

Aunque el andaluz más conocido entre los candidatos de los premios Emmy, cuya gala será este lunes, es el malagueño Antonio Banderas por su caracterización de un Picasso maduro, hay dos más, ocultos entre la larga lista de nombres y títulos. El sevillano Paco Cabezas, con un pie en España y otro en Estados Unidos, acababa de alcanzar la mayoría de edad cuando se embarcó en su primera película, Invasión travesti, toda una rareza que codirigió con Jerónimo de los Santos y que presumía una fuerza de voluntad espartana. Años después recibió la llamada de Hollywood, imprimió su estilo visual en Tokarev, con Nicholas Cage de protagonista, y entró por la puerta grande en el mundo de las series anglosajonas al ser requerido para poner el broche final de la serie de culto Penny Dreadful, que rodó en parajes de Almería. Tras ella vinieron episodios de The strain, creada por Guillermo del Toro, Fear the Walking Dead, American Gods, su último título, y The Alienist, por cuyo trabajo está nominado a los Emmy. Por si fuera poco, Paco Cabezas, con un proyecto para rodar su siguiente película en España, dirigió 10 capítulos de Into the Badlands, de la que asumió también la producción ejecutiva.

Solo es andaluza de nacimiento pero tal vez, solo tal vez, podría seguir viviendo en su Marbella natal si no hubiera sido por la crisis económica. El padre de Millie Bobby Brown, la popular Once en Stranger Things, era agente inmobiliario en la Costa del Sol, pero regresó con toda su familia al Reino Unido al poco de estallar la burbuja. No pasó mucho tiempo hasta que la familia realizó una nueva mudanza, esta vez a Florida, donde un cazatalentos puso los ojos en ella y a partir de ahí, está viviendo una carrera meteórica que abarca nueve premios en dos años, todos por este mismo personaje, con el que ya estuvo nominada al Emmy el año pasado. A los tres títulos citados, Genius: Picasso, The Alienist y Stranger Things, hay que añadir entre las series con presencia andaluza, aunque sea por parte de sus escenarios, una de las favoritas a esta 70 entrega de los Emmy, Juego de tronos.

Del resto del amplísimo listado de candidaturas habría que reseñar la estupenda The Assassination of Gianni Versace: American Crime Story, en la que se muestra, con bastante acierto, los antecedentes criminales del psicópata que acabó con la vida de este diseñador, cuya hermana Donatella es encarnada por una muy acertada Penélope Cruz. Godless es otra magnífica serie en la que sobresale el trabajo de Michelle Dockery, la inolvidable Lady Mary de Downton Abbey, y un inconmensurable Jeff Daniels, en la piel de Frank Griffin, uno de esos malvados de personalidad compleja que rara vez llega a la pantalla. Daniels cuenta con otra nominación por The Looming Tower, así que sería muy injusto que se fuera con las manos vacías.

Ganadora en la Mostra de Venecia con Roma, de Alfonso Cuarón, Netflix ha superado a HBO en número de nominaciones en los Emmy, ambas con producciones de extraordinaria calidad porque hoy, mal que les pese a algunos críticos más ortodoxos, el mejor cine se está haciendo, al menos en Estados Unidos, en televisión. Y es que, por fortuna, ese pequeño electrodoméstico dejó hace tiempo de ser la caja tonta para dar, cada vez más, esperanzadores visos de inteligencia.