Política

Caso ERE

La corrupción persigue a Díaz

Acudirá mañana a declarar al Senado a la comisión sobre la financiación del PSOE

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz / Efe
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz / Efelarazon

Acudirá mañana a declarar al Senado a la comisión sobre la financiación del PSOE.

El equipo de asesores de la presidenta de la Junta de Andalucía ha diseñado una campaña de perfil bajo. Las encuestas otorgan a Susana Díaz una clara ventaja de cara a los comicios del 2 de diciembre y la premisa es que nada «agite» la campaña para no poner en peligro la probable victoria. Y la comparecencia de Díaz mañana en el Senado en la Comisión de Investigación de la financiación de los partidos políticos por el «caso de los ERE» es el primero de los escollos que deberá solventar. En el equipo de Susana Díaz aún duele la derrota ante Pedro Sánchez en las primarias del PSOE. Una derrota que achacan, entre otras cosas, en que se movilizó el voto «anti-Susana» entre los militantes. Con esa premisa, el principal temor es que se despierte ese fantasma. No ven un proyecto alternativo y sí un voto de «castigo» por lo que los esfuerzos pasan por presentar una imagen de la presidenta al «margen» del ruido mediático.

En el entorno de Díaz consideran que la corrupción está relativamente «amortizada» para los intereses electorales del PSOE andaluz. El juicio de los ERE ha discurrido sin grandes sorpresas y el asunto sólo repuntará una vez que se conozca la sentencia. Eso será a mediados del año que viene y, por tanto, muy lejos de las elecciones andaluzas. Hasta la fecha, el actual Gobierno andaluz ha sorteado este incómodo asunto que tiene sentados en el banquillo a dos ex presidentes señalando que los hechos enjuiciados se refieren a «épocas pasadas». Díaz repite sistemáticamente que nadie ha podido encontrar «mancha» a su Gobierno y que todos los casos instruidos en los tribunales se sustancian en sucesos de hace varios años. Recordarlos sólo es una «estrategia» del PP para «ensuciar» una campaña que a ella le interesa que sea «en positivo». Con ese argumentario acudirá el jueves al Senado, donde senadores del Grupo Parlamentario Socialista la acompañarán para «arroparla».

Es probable que en esta comisión también se hable de la Faffe, la Fundación pública que dependía de la Consejería de Empleo de la Junta y que sirvió, entre otras cosas, para abonar fiestas en al menos cinco clubes de alterne de tres provincias andaluzas. En total, 15.000 euros que el ex director gerente de la Faffe admitió en sede judicial que pagó con tarjetas de crédito de la empresa pública y que justificó dentro de su «actividad comercial».

En este caso, la excusa de Díaz es la misma que en el caso de los ERE: son hechos «repugnantes» de «hace diez años» cuando ella no era presidenta. Hay un tercer asunto relacionado con la corrupción sobre el que Díaz podría dar explicaciones: los cursos de formación. La sustituta de Alaya, la jueza María Núñez, archivó la parte más «política» del caso por lo que aquí la presidenta andaluza suma otro argumento de defensa: toda la acusación fue un «montaje» del Partido Popular.

Al margen de la corrupción, en su campaña de «perfil bajo» hay un asunto que sí preocupa a Díaz: el tema catalán. La presidenta ha elegido situarse al lado del Gobierno y pasar de puntillas cada vez que se le pregunta por este tema. Es consciente de que no puede aparecer como un elemento de «oposición» a Pedro Sánchez en este asunto pero tampoco que se le vea cercana a los partidos nacionalistas catalanes. En Andalucía esto le resta votos y Díaz opta por defender la autonomía en la toma de decisiones del Ejecutivo de Sánchez y restarle trascendencia a las negociaciones con los independentistas. De nuevo, se auto impone que el «ruido» no se eleve más de lo necesario.