Ginebra

La lista refugiada en Suiza

La Razón
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Había dejado a «Miss Gabriel», en el momento de su reencarnación, en muchacha refugiada en Suiza. Porque a pesar de todo sigue siendo el reino del capitalismo, no duro, pero sí puro, como los grandes diamantes, los exquisitos lingotes de oro de 24 quilates, las muchas obras de arte depositadas y dinero, mucho dinero, casi todo el dinero del mundo, además tan seguro... Desde las guerras napoleónicas hasta nuestros días ningún ejército se ha atrevido ni tan siquiera a rozar las fronteras helvéticas. En la vieja Europa no se han respetado hospitales, iglesias, museos, colegios ni a millones de personas. Nada ni nadie se ha salvado de la barbarie del exterminio de pueblos y razas... Sólo Suiza ha permanecido inalterable siempre, por algo será. El cambio de aspecto y el país elegido para un largo y brillante destierro deja claro que los años de hierro que ha estado «Miss Gabriel» como líder de los anti-sistema, con todo lo que eso conlleva, no eran más que una representación, un gran y dramático montaje que podría haberse titulado «Cataluña será una república anticapitalista, o no será». Tendrían que haberlo dicho con tiempo, sin duda hubiesen ganado los Goya al mejor vestuario, el de peluquería y dirección artística y los premios al mejor guión e interpretación. Hay que reconocer el mérito de Gabriel dando vida al personaje de radicalista total, hasta las cachas. No olvidar a «modas Podemos» que ha conseguido que sus pantalones y sus camisetas parecieran que no se habían lavado desde la época de «Wifredo el velloso». Como toda buena actriz, después de representar un duro personaje durante miles de representaciones, hay que sorprender con un cambio total, respondiendo a una especie de anuncio antiguo: «Chica con buen aspecto se ofrece para un posible trabajo de profesora de derecho u otras actividades, ya que poseo gran experiencia en muchos campos de trabajo. Hablo catalán, inglés, francés y una lengua muerta, español».
Conozco bien Ginebra, en uno de mis trabajos tenía que acudir mensualmente unos días, así que te diré lo que una mujer de tus méritos y posibilidades debe hacer hasta que encuentres un apartamento a tu gusto. Lo mejor, instalarse en el hotel President, lujoso, bien ubicado, con un magnífico restaurante... En el bar y en sus terrazas te podrás tomar unos cócteles deliciosos. Deja buenas propinas que en esa ciudad tiene que correr siempre generosamente el dinero. Una vez instalada, vete a la zona de la Rue de Rhone, entre esas calles encontrarás las boutiques de las mejores firmas. Convendría que te compraras algún abrigo de piel porque allí el frío dura hasta mayo, pero además con poca clemencia para los humanos. Cómprate algunas joyitas, que allí se usan mucho. Además te dan una estabilidad necesaria para tus futuras entrevistas. Eso sí, te advierto que en Suiza tofo es «carisísimo», pero doy por hecho que la caja común para exiliados vip está rebosante. Si te aburres, Ginebra no es de muchas alegrías nocturnas. El hotel te pondrá un coche que te llevará en veinte minutos a Bourg Bresse, un pequeño lugar en suelo francés con casino y todo lo preciso para que desees que no acabe la noche.
Mi última recomendación, ya que has dado el salto, es que lo de impartir clases no da más que para sobrevivir. Consigue un puesto de asesora de inversiones de un buen banco, que todavía siguen llegando de todo el mundo personas con grandes cantidades para que le den un lavado lo más legal posible. Ahí es donde está el dinero, que la vida es muy larga. Si en algún momento tienes una crisis ideológica, acuérdate que el bueno de Lenin salió de Suiza hacia su adorada Rusia en un tren especial y cargado de dinero que el Kaiser le hizo llegar para que se cargara a su primo, el Zar y su régimen y pudiera implantar ese paraíso en la tierra que fue la Unión Soviética. Así que, suerte Anna, que tú vales mucho.