La llegada de Sánchez abre un «nuevo tiempo» marcado por la incertidumbre

Tanto en el ámbito institucional como en el político, Andalucía acogió ayer con cautela la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa. Lejos del aparente optimismo por contar ahora con un presidente del mismo color político, la Junta midió sus felicitaciones, incidiendo en el «nuevo tiempo político» que se abre tras triunfar la moción de censura y en la necesidad de abordar temas que continúan abiertos, como la financiación autonómica. Sin embargo, todavía está latente la victoria de Sánchez sobre Susana Díaz en las primarias socialistas, lastrando las aspiraciones nacionales de la presidenta de la Junta. Desde entonces, Díaz se replegó en Andalucía y la tensión entre ambos líderes ha sido notoria. Junto a ello, la presidenta ha advertido en muchas ocasiones del «peligro» que supone el acercamiento a las posiciones nacionalistas. Un discurso que defendió a ultranza cuando intentó acceder a la Secretaría General del PSOE y que mantiene actualmente, en un momento en el que han sido precisamente los partidos nacionalistas, junto a Podemos, los que han aupado a Sánchez a la presidencia del Gobierno.

Otra idea fuerza de Díaz que queda en entredicho es la de la estabilidad. La presidenta presume de que en Andalucía existe estabilidad política y que no hay motivos para un adelanto electoral. Sin embargo, ahora se abre en el contexto nacional un periodo marcado por los desequilibrios y los enfrentamientos con los partidos que han propiciado que Sánchez se convierta en presidente, dada la ajustada aritmética parlamentaria.

Con todo, Díaz dejó claro en un vídeo publicado en su cuenta de Twitter que el Ejecutivo autonómico colaborará con el nuevo Gobierno de Sánchez «desde la firmeza en la defensa de Andalucía, sabiendo que se abre un nuevo horizonte de esperanza». «A Andalucía siempre le ha venido bien un presidente socialista porque ha mostrado sensibilidad con las necesidades y los problemas de esta tierra, y estoy plenamente convencida de que así va a ser también con Pedro Sánchez», aseguró, no sin antes dejar claro que la Constitución, avisando a los nuevos socios separatistas, «está hoy plenamente vigente y respondiendo a las necesidades de este país». De hecho, la moción que ha propiciado el acceso de Sánchez a la presidencia «es un mecanismo establecido en la Constitución», una norma que «en cada momento responde a las necesidades que tiene España». En este caso, según Díaz, «va a dar respuesta a la necesidad de un Gobierno honesto y sensible con los ciudadanos». También apuntó la presidenta que la defensa de los intereses de Andalucía y la colaboración «son compatibles».

Por su parte, el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, criticó lo que considera «entreguismo» de Díaz y su «cambio de discurso» por expresar su lealtad a Sánchez. En su cuenta de Twitter, aseguró que «comienza el cambio de discurso de Susana Díaz» y advirtió de que «lo llaman lealtad cuando quieren decir entreguismo». En la misma línea, la secretaria general del PP andaluz, Dolores López, también acusó a Díaz de haber «vendido a los andaluces y a Andalucía» por apoyar la moción de censura de Sánchez, respaldada por «los independentistas y los amigos de ETA».

El líder de Ciudadanos, Juan Marín, subrayó que su formación estará «atenta y vigilante» con el nuevo Gobierno en aspectos como la financiación autonómica o la «presión» de los nacionalistas vascos y catalanes sobre el Ejecutivo socialista. «Tenemos muchas dudas de la letra pequeña de los acuerdos del señor Sánchez con Bildu, Esquerra, PdCAT o el PNV y nos pone los pelos de punta saber cuáles pueden ser las consecuencias de ese apoyo», añadió.

Para la secretaria general de Podemos, Teresa Rodríguez, ahora le toca al PSOE «demostrar» que está «dispuesto a cumplir su propio programa electoral». Rodríguez lamentó que, aunque se conocía que «había mayoría suficiente para plantear una alternativa a un Gobierno de Mariano Rajoy», el PSOE «se empeñó a fondo para que lo que ha pasado hoy –por ayer– no pudiera haber pasado hace meses».

El coordinador andaluz de IU, Antonio Maíllo, de su lado, expresó su alegría por el hecho de que el PP «haya sido desalojado» del Gobierno, donde «no podía aguantar un día más tras el caso Gürtel», aunque pidió a Sánchez que no se limite a «gestionar lo que deja el PP». Respecto a Andalucía, opinó que «se abre una ventana de oportunidad respecto a la financiación autonómica».