Urge delimitar competencias

La reforma de la Administración local es una necesidad urgente. El documento de trabajo del Gobierno apunta en la buena dirección y ahora es el momento de sentarse y, con responsabilidad y visión de futuro, alcanzar un gran pacto que permita hacer viable la arquitectura administrativa actual del país. Ejemplos como los que cuenta hoy este periódico demuestran la arbitraria y caprichosa gestión de muchos alcaldes, asumiendo competencias que no les correspondían e impulsando proyectos que no tenían sentido alguno. Disponer de un apartahotel en la costa gaditana para los vecinos de un municipio de Sevilla es una idea disparatada en sí misma, pero que muestra cómo han gestionado los fondos públicos muchos alcaldes. Los primeros interesados en que se clarifiquen los ámbitos de actuación de cada administración deben ser los consistorios. Están en primera línea y asumen la relación directa con el ciudadano, lo que les obliga, en muchas ocasiones, a multiplicarse. Pero no es excusa para renunciar al buen gobierno. Deben tener claro cuáles son sus competencias y el vecino de cada municipio también debe saber a qué «ventanilla» tiene que dirigirse cada vez que tenga un problema. El alcalde no puede estar para todo. Por eso, no se entiende la cerrazón de PSOE e IU, que en lugar de hacer propuestas y enriquecer la futura ley, vuelven a agarrarse a la confrontación para añadir más presión al Gobierno. El PP no puede caer en esa trampa. La intención ya anunciada de fomentar el debate y explicar con detenimiento en los pueblos en qué consiste el proyecto es una obligación. Y el bipartito tiene tiempo para rectificar.