Cantabria

El bisonte revitaliza la Montaña Palentina gracias al olfato del alcalde de San Cebrián

Jesús González, alcalde e impulsor de esta reserva, observa dos de los doce ejemplares que tiene
Jesús González, alcalde e impulsor de esta reserva, observa dos de los doce ejemplares que tienelarazon

Si mantener la población en el medio rural es un logro, incrementarla por poco que sea en una zona especialmente afectada por la despoblación es casi un milagro. San Cebrián de Mudá, en la Montaña Palentina, no llegaba a los 150 habitantes hace un lustro y ahora contabiliza casi 190, entre ellos más de media docena de niños nacidos en el pueblo.

El 'milagro' viene de la mano de un proyecto liderado por su alcalde, Jesús González Ruiz, que hace once años se empeñó en devolver al monte uno de sus moradores más ancestrales que poco a poco había sido eliminado de su hábitat hasta convertirlo en una especie en peligro de extinción. Se trata del bisonte, que fue devuelto a la Montaña Palentina hace casi tres años después de haber desaparecido hacía siglos de la Cordillera Cantábrica conformando la única Reserva nacional del Bisonte Europeo. En 20 hectáreas de terreno viven de forma salvaje doce ejemplares de bisonte y dos de caballo 'prezwalski' o caballo mongol, los animales más representativos de la prehistoria, conformándose como un atractivo turístico de primera magnitud y un elemento clave para fijar e incluso incrementar la población.

González se muestra orgulloso de los resultados que está dando la Reserva y su gestión. Hace recuento de los puestos de trabajo que se han creado entorno a ella: «una persona fija cuatro horas, de mayo a noviembre un trabajador fijo ocho horas, de junio a septiembre otro ocho horas, los fines de semana dos personas contratadas como guías turísticos y una persona contratada seis horas toda la semana en el centro de recepción». El proyecto que se está desarrollando en San Cebrián de Mudá y que se enmarca dentro de un parque de ocio llamado Mundo Miner, ha conseguido atraer gente y sin ningún apoyo económico externo. Los ingresos proceden del cobro de las entradas, entre seis y diez euros, y los que genera el centro de recepción, convirtiéndose así en un modelo de desarrollo rural alternativo único basado en la gestión del territorio a través de animales salvajes que resulta rentable social y medioambientalmente.

Jesús González calcula que cuando acabe el año habrán pasado por la reserva unos 12.000 visitantes, una cifra más que buena teniendo en cuenta la localización de San Cebrián de Mudá, a las puertas del Parque Natural de Fuentes Carrionas Fuente Cobre. «Hay algunos fines de semana, como los de la segunda quincena de agosto o de los puentes, que llegamos a tener hasta 200 personas», asegura.

La visita incluye entrada al centro de recepción donde se explica el proyecto y su filosofía y se hace un repaso a la historia del bisonte. Después llega el momento más esperado, la visita propiamente dicha a la reserva, un viaje a una época tan remota que los únicos indicios de su existencia nos llegan a través de las pinturas que hicieron los moradores de la Cueva Altamira . La estampa es única, pero todavía no está completa. Acaba de llegar un nuevo morador, un bisonte donado por el Zoo de Santillana del Mar (Cantabria) que haciendo gala de su procedencia se llama Altamiruco. Con su llegada se completa el ciclo del Peleolítico y aporta mucho en presencia, al mismo tiempo que ayuda a limpiar el monte.

La propuesta de este nuevo espacio es convertir al visitante en un 'hombre' del Paleolítico, invitándole a estrechar el contacto con bisontes y caballos salvajes dándoles de comer, adecentando las instalaciones e, incluso, simulando la caza a través de la práctica del tiro al arco o lanzamiento de jabalina.