Crisis migratoria en Europa
«El gran reto de acoger a un refugiado es su integración»
La coordinadora de Cruz Roja en Castilla y León, Eva María Fernández, insiste en la capacidad de acogida de la Comunidad ante la llegada de desplazados sirios
La coordinadora de Cruz Roja en Castilla y León, Eva María Fernández, insiste en la capacidad de acogida de la Comunidad ante la llegada de desplazados sirios
Están ahí. Pero no se sabe ni cuándo ni cuántos llegarán a Castilla y León. La crisis de refugiados sirios ha encendido todas las alarmas en la sociedad europea, pero la solución para darles acogida en distintos países se está demorando en exceso. «Y si al hecho de que estén en campos de refugiados unimos que se acerca el invierno, el problema se multiplica», indica la coordinadora de Cruz Roja en Castilla y León, Eva María Fernández a LA RAZÓN, quien asegura que su organización está preparada para acometer este proceso -junto con Accem será la organizada de canalizarlo-.
«Llevamos 30 años trabajando en este programa, por lo que no tiene que haber muchas diferencia. Lo único que cambia es el número, aunque no esperamos que lleguen todos a la vez, si no cada tres meses», indica a la vez que manifiesta que la tarea más complicada y el reto a conseguir es que estos desplazados se «integren en la sociedad» que, en la mayoría de los casos se consigue. «Es un deber que tenemos como sociedad y he de decir que Castilla y León es una Comunidad muy solidaria».
Tanto es así, que Cruz Roja en la Comunidad ya ha recibido multitud de ofrecimientos de ciudadanos para alojar en sus viviendas a estas personas -se estima que el primer contingente llegaría en el mes de diciembre-, o de personas que quieren ayudar en tareas de traducción.
Unas ayudas que agradece y que se tendrán en cuenta, aunque en el caso de los alojamientos «no se contempla» por el proceso complejo que significa el hecho de llegar una o varias personas refugiadas a la Comunidad.
La primera fase sería la de «acogida». «Si no se hace bien es complicado», señala la coordinadora de Cruz Roja, quien indica que este proceso depende tanto del lugar como de «la mochila que traigan» encima, y pone el ejemplo de personas llegadas de Sierra Leona, con experiencias vitales muy duras y donde el apoyo psicológico resulta fundamental.
En el caso de los refugiados sirios, que según el Gobierno regional llegarán alrededor de un millar de personas en los próximos dos años, los pasos a seguir podrían ser un poco más sencillos, gracias a la coordinación y el trabajo conjunto de distintas administraciones. «Según nos han dicho vendrán ya afiliados», manifiesta Eva María Fernández y la primera intervención se llevaría a cabo en un centro.
A partir de aquí empieza el trabajo más laborioso para Cruz Roja. Papeles en regla, tarjetas sanitarias, tema de traductores, integración de los menores en los colegios, servicio de apoyo psicológico o el tema del aprendizaje del idioma. «Estarán el tiempo indispensable, ya que si no hace bien es complicada su integración posterior». Incluso, como ejemplo la coordinadora de Cruz Roja, señala que se les acompaña a los supemercados para realizar la compra.
En el momento que se encuentren asentadas y sepan desenvolver con el idioma, pasan a una segunda fase, en la que ya vivirán en pisos y dónde se les hará un seguimiento personalizado a la hora de buscar un empleo para alcanzar la tercera y definitiva, la fase de autonomía, en la que ya se desenvuelven por sí solos, aunque cuando tienen algún problema o necesidad pueden recurrir a la organización.
«Cuesta adaptarse pero los procesos que hemos llevado a cabo han sido buenos», destaca Eva María Fernández, quien añade también que el número es muy poco significativo en Castilla y León, donde en la actualidad se encuentran 300 refugiados, por los 5.000 desplazados existentes a nivel estatal, sobre todo en Andalucía, que está notando el efecto por la llegada masiva desde el Norte de África.
«En estos momentos estamos en disposición de que las nueve oficinas provinciales colaboren en este proceso de acogida, aunque, en estos momentos no tenemos datos. Es previsible que vengan familias amplias, y ello complicaría la situación en cuanto la logística, pero la clave es que todos apoyemos, desde las organizaciones, las distintas administraciones y la propia sociedad. Todos tenemos que tirar del carro para dar la mejor acogida a estas personas», concluye.
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