Turismo

El turismo rural convoca a la iniciativa privada

Jorge Fernández, dueño de «La Judería de las Arribes», anima a la sociedad civil a mover ficha y no esperar sólo la subvención

El turismo rural convoca a la iniciativa privada
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«Nos encontramos ante la zona fluvial de cañones graníticos más extensa de toda la Península». De esta manera nos explica Jorge Fernández, propietario del hotel rural «La Judería de las Arribes», situado en la localidad salmantina de Vilvestre, la singularidad del entorno en el que se encuentra su establecimiento. «Las Arribes del Duero es la gran, la bella y eterna desconocida de Castilla y León», señala, en referencia a este lugar, que ofrece al visitantes «naturaleza en estado puro».

«El turista viene pensando que encontrará un espacio rural, pero no cuenta con este paisaje, al que se suma un microclima mediterráneo marcado, con un encanto diferente y un entorno geológico y natural único», dice. Todo esto es parte del ADN de «La Judería de las Arribes», que toma ese nombre del pasado medieval semita del municipio.

Jorge, licenciado en Historia, conoce 'al dedillo' este Parque Natural que une Salamanca y Zamora, motivo por el cual decidió abrir, hace siete años, este negocio. Desde entonces no ha parado de trabajar por mejorar y ya oferta 21 plazas, tras ampliar en 2012 en nueve habitaciones. Su tesón y la calidad del negocio dan da valor añadido al hotel. Con degustaciones con productos típicos o actividades como rutas y paseos fluviales a través del Duero son otras de las posibilidades que ofrece «La Judería de las Arribes».

En internet está la clave

«La promoción en internet en estos momentos es fundamental», expone Jorge, quien reconoce que «con los sitios web de bajo coste, hemos de ajustar la oferta al máximo, para conseguir el mayor número de clientes posible, partiendo de que estamos en una coyuntura económica complicada».

Al respecto, reconoce que el negocio del turismo rural ha variado mucho en la última década. «Antes no estaba tan profesionalizado, era mucho más sencillo llevar un negocio, porque prácticamente sólo tenías que esperar a que sonara el teléfono». Pero, esto ha cambiado: «Ahora es puro márketing. Debes tener capacidad de vender tu negocio a todos los niveles; has de moverte mucho más», considera.

Ahora bien, lo esencial es, como siempre, la profesionalidad, el buen servicio y el manejo de las tecnologías para llegar al público. «De esta manera puedes mantener tu volumen de negocio o incluso superar lo que tuvieses antes de que surgiera la crisis», manifiesta.

De igual manera, tiene claro que «falta iniciativa privada» en este territorio del oeste peninsular, a lo que agrega que «no se puede mirar sólo y responsabilizar de todo a las administraciones públicas». No obstante, sí apunta que «un poco de promoción nos vendría mejor, aunque en una época como la actual no resulta fácil».

Jorge, como otros emprendedores que pasaron por estas páginas, estima que el turismo «no es de los sectores más afectados por la crisis, pero los márgenes de ganancia por supuesto que han caído mucho». Y pone un ejemplo: «Antes la gente recurría más a la carta. En estos momentos, lo habitual es que veas al comensal acudir al menú».

Sobre los autónomos, cree que «somos los grandes olvidados del ámbito empresarial», aunque, parafraseando la canción de los Monty Phyton, «sólo hay que mirar el lado positivo de la vida, porque todo tiene ventajas e inconvenientes».