Cuéllar
Largo y accidentado segundo encierro en Cuéllar donde tres toros mueren fatigados
Dos astados fueron anestesiados tras escaparse y sólo uno entró en la plaza con los cabestros
Largo, complicado y, sobre todo, accidentado y penoso segundo encierro el que se celebraba ayer en la localidad segoviana de Cuéllar, donde se están celebrando las fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario, con miles de personas disfrutando de ellas.
Complicado porque una de las reses creaba problemas a lo largo de todo el recorrido por la zona de pinares. Accidentado porque de los seis animales de la ganadería salmantina «El canario» que salieron de los corrales junto a los cabestros, tan sólo uno llegó a la plaza. Y penoso, por esto mismo, porque los encierros más antiguos de España no se pueden permitir esta imagen en la que tres animales murieron fatigados y otros dos tuvieran que ser anestesiados . Dos de estos animales cayeron fulminados al llegar extenuados en el cruce con la carretera de Arévalo, y el tercero restante se desmoronaba igualmente en la zona del embudo antes de entrar en el tramo urbano de ochocientos metros.
Al menos, durante el encierro, tanto en el campo, donde la manada se disgregaba rápidamente a pesar del trabajo de los cuarenta caballistas que componen el núcleo central, como en el recorrido por las calles de la localidad, no hubo que lamentar heridos ni sustos, como sí ocurriera en el primer de los encierros, con la muerte de J.M.R.B., el corredor de 63 años, natural de Rentería, pero conocido en el municipio puesto que tenía allí una vivienda en la que pasaba en Cuéllar largas temporadas junto a algunos de sus familiares.
Las banderas de la villa de Cuéllar se encuentran a media asta, tras la muerte de este hombre corneado en el corazón, cuyo cadáver se encuentra ya en la localidad guipuzcoana donde será enterrado. Cuéllar celebra hoy su tercer encierro entre la consternación y la fiesta
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