Los maestros piden más apoyo de las familias y respaldo social

El curso escolar ha terminado y con él, el ajetreo en los pasillos de colegios e institutos, los bocadillos en el patio y los pupitres con estuches y libros. Sin embargo, los maestros continúan su labor una semana más para concluir los informes correspondientes y poner las notas.

Su trabajo como «referentes» para muchos niños y alumnos ha perdido reconocimiento social, según afirman desde los sindicatos, por lo que reclaman más apoyo de las familias y un mayor respaldo de las administraciones y de la sociedad.

Además, la presidenta del sector de Educación de CSIF en Castilla y León, Isabel Madruga, asegura a LA RAZÓN que para el colectivo docente es fundamental «reducir los períodos lectivos del profesorado, pasando a 17 horas en Secundaria y a 24 en el cuerpo de maestros».

Por otro lado, reivindican mejoras retributivas y ven «con buenos ojos» el Acuerdo de Mejora del Empleo Público, mediante el cual se tiene que hacer efectiva, en cuanto se aprueben los Presupuestos, una subida salarial del 1,75 por ciento.

En este sentido, plantean una equiparación salarial con el resto de Comunidades Autónomas ya que «existen diferencias de hasta 6.000 euros anuales», afirma Madruga, quien explica que esta diferencia radica en los complementos económicos competencia de los diferentes territorios.

Por otro lado, CSIF «ha acogido de buen grado» el anuncio del Consejero de Educación, Fernando Rey, de mantener aulas en los pueblos abiertas con tres alumnos (hasta ahora la cifra mínima tenía que ser de cuatro) así como la amplia oferta de empleo público del Gobierno central.

«Sabemos que los resultados de los informes PISA sitúan a Castilla y León en posiciones privilegiadas gracias a los docentes, su profesionalidad y su vocación, por lo que creemos que debe reconocerse», asevera.

Por su parte, los maestros de los medios rurales tienen otras reclamaciones. Así lo expresa «Pepi», del CRA La Abadía en la localidad leonesa de Villaverde de la Abadía, quien remarca las dificultades del modelo de escuela rural que pasan por «la despoblación y porque se mide por baremos de la escuela urbana, cuando tenemos una realidad distinta».

«Pedimos a la administración la flexibilidad necesaria para mantener un modelo que es un bien social muy importante», recalca a la vez que afirma que «nos estamos poniendo al día para adaptarnos a los nuevos modelos de familia y situaciones sociales así como para modernizar las aulas.

Finalmente, Carmen Ribacoba, del Centro de Educación Especial «El Pino» de Valladolid, señala a este diario que se debe reducir la ratio de alumnos por profesor en este tipo de colegios para «poder dedicarnos a todos por igual, sacando lo mejor que tienen para aumentar su autonomía y mejorar su vida».