Podemos se marca como reto «desalojar al PP» en dos años

Un Podemos más plural; que trabaje codo con codo con la sociedad civil; que crezca poco a poco en el medio rural; y con mano tendida a las formaciones de izquierda.

Este es el partido por el que apuesta Pablo Fernández en la Comunidad para los próximos años, con el único objetivo de desalojar al PP, «el más corrupto de Europa», decía, del Gobierno regional en las elecciones autonómicas de dentro de dos años.

Al respecto, el dirigente podemita considera que ve espacios de entendimiento con el PSOE, pero siempre y cuando los socialistas «den un giro de 180 grados y dejen de ser rehenes del PP».

En este sentido, el socialista Luis Tudanca contestaba tras ser preguntado por si el triunfo de Pedro Sánchez posibilitará un acercamiento entre PSOE y Podemos, que él que siempre ha apostado por el entendimiento entre la izquierda, pero que, «lamentablemente, siempre que hemos extendido la mano, hemos recibido una coz».

Pablo Fernández, por su parte, se muestra optimista y está convencido de la victoria después de 30 años de «largo y duro invierno» en Castilla y León «porque está germinando una primavera de cambio que queremos liderar», apunta. «Queremos -continúa- una Comunidad más justa y más digna; de la que nadie se tenga que ir por falta de oportunidades y a la que puedan regresar todos los que se han ido».

Así se expresaba ayer Pablo Fernández tras dar a conocer su partido a la opinión pública, con día y medio de retraso, los resultados de las Primarias en Podemos. Proceso en el que ha resultado reelegido como secretario general de la formación morada en Castilla y León, al obtener 2.211 sufragios (el 71,95 por ciento. Sus rivales, Jean Pierre Lohrer y Nicanor Pastrana Castaño lograron 479 y 383 apoyos, el 15,59 y el 12,46 por ciento, respectivamente, según los datos aportados por la formación morada.

Unas Primarias que han destacado también en lo negativo por la baja participación de los simpatizantes, con apenas un 24 por ciento de los que tenían derecho a voto. En este sentido, Fernández hacía autocrítica al admitir que no estaba contento con la participación, y que están pensando en replantear el modelo existente de cara al futuro.