Conciliación

Una huelga de abuelos daría al traste con la conciliación laboral y familiar

Muchos cuidan a sus nietos siete horas al día y la mayor parte sobrelleva otras tareas familiares

Una abuela participa junto a su nieto en unas jornadas de aprendizaje entre generaciones organizadas en Soria, que tienen como objetivo mejorar los resultados académicos de los pequeños y la memoria de los mayores
Una abuela participa junto a su nieto en unas jornadas de aprendizaje entre generaciones organizadas en Soria, que tienen como objetivo mejorar los resultados académicos de los pequeños y la memoria de los mayoreslarazon

Una huelga de abuelos pararía la Comunidad. Son una parte imprescindible en la difícil conciliación laboral y familiar de muchos padres que, con largas jornadas de trabajo y horarios poco compatibles con el tiempo de colegio, necesitan pedir ayuda a sus progenitores para el cuidado de los más pequeños.

Un 25 por ciento dedica a sus nietos unas siete horas diarias y el 82 por ciento reconoce que si los padres participasen más en el cuidado de los menores, «ellos no tendrían que ayudar tanto».

Así lo aseguran desde la Unión Democrática de Pensionistas (UDP), donde piden más reconocimiento por «la importante labor que realizamos» y más medidas a las administraciones para facilitar la conciliación y que «no recaiga en nosotros este trabajo».

«La obligación de cuidar a los nietos impide un envejecimiento activo y saludable y limita las posibilidades de realización personal y participación social», advierten desde la entidad, que también pone de manifiesto que mientras los abuelos realizan esta labor de forma voluntaria, las abuelas la sienten como una obligación.

«Somos una fuente de experiencias y la principal vía de escape y comodín para los momentos más copados de las agendas de nuestros hijos», aseveran.

mejora del estado de ánimo

Sin embargo, son muchos los estudios que demuestran que pasar tiempo con los más pequeños de la casa también tiene importantes beneficios, como la mejora del estado de ánimo y la vitalidad de los abuelos, al sacarlos de sus rutinos, ya que se sienten más útiles y aumenta su autoestima.

Además, ya que muchos de ellos ayudan también a sus nietos con la realización de las tareas del colegio, refrescan conocimientos, mejoran su cultura general y ayudan a prevenir problema de memoria y expresión.

Desde Mensajeros de la Paz estiman que más de la mitad de los abuelos castellanos y leoneses, el 55,9 por ciento, ayuda a sus hijos en el cuidado de los menores, «lo que ha aumentado durante los años de la crisis».

Además, consideran que casi un tercio de ellos colabora también de forma económica en la manutención de los pequeños, ya que les alimentan casi a diario.

La UDP pide medidas a las administraciones públicas encaminadas a mejorar las condiciones de vida tanto de los mayores como de sus hijos para que los abuelos «no actúen como guarderías».

Falta de adaptación

«Lo que pasa es que no nos hemos adaptado al nuevo modelo familiar en el que ambos progenitores trabajan», reflexionan desde la Unión en Valladolid.

«Se da la circunstancia de que muchas mujeres de mediana edad aún se dedican a las labores de la casa y el cuidado de la familia, por lo que no todas requieren de la ayuda de sus padres», explican, aunque añaden que «sin embargo, las generaciones que vienen, metidas de lleno en el mercado laboral y con el horizonte de la jubilación cada día más lejos, van a precisar de esa mano si no cambian las condiciones de los trabajos».

Concepción Redondo, de 82 años, explica a este periódico que cuida de dos de sus once nietos varios días a la semana, en los que les lleva y les recoge del colegio, les da de comer, les acompaña a las actividades extraescolares y a que jueguen con sus amigos al parque, les prepara la merienda y, finalmente, cuando su hijo y su nuera llegan a casa tras la larga jornada, se les devuelve.

«Si los abuelos hiciéramos huelga, el país se para», sentencia rotunda, mientras recuerda que sin su «tarea» y la de «muchos otros», en muchas casas «el padre o la madre no podrían trabajar».