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Metro de Madrid

Campaña por la limpieza

Un barrendero limpia con una manguera una calle de Barcelona larazon

El departamento de Hábitat Urbano del Ayuntamiento de Barcelona, en colaboración con la Guardia Urbana, ha puesto en marcha la segunda fase del plan de mejora de la limpieza urbana, cuya primera fase ya se llevó a cabo en el mes de abril y hasta junio, en la que destaca la campaña de concienciación destinada a los propietarios de perros en el sentido de que éstos se hagan responsables de los excrementos que sus animales depositan en la vía pública y los retiren.

Esta iniciativa, que se enmarca en la campaña de comunicación «Tan limpio es quien limpia como quien no ensucia», se basa en la labora de los informadores ambientales del Ayuntamiento, los cuales se organizan en dos turnos de mañana (de 7.00 a 14.00) y tarde (de 14.00 a 21.00) para repartir entre los propietarios de perros un tríptico informativo y un rollo de bolsas para depositar los excrementos de sus animales como un método a través del cual informar y sensibilizar a los propietarios de perros y animales de compañía de las buenas prácticas con sus mascotas.

Percepción de suciedad

«El abandono de los excrementos en la vía pública no es una práctica mayoritaria pero sí que existe un margen de mejora y consideramos que es importante porque la percepción de suciedad en una calle con excrementos de perros es negativa aunque la calle este limpia en términos generales», señalan desde el ayuntamiento.

Las implicaciones «estéticas» de este tipo de práctica incívica no son las únicas y probablemente tampoco sean las más preocupantes. Y es que el contacto humano con las heces caninas puede acarrear una serie de enfermedades infecciosas de diferente gravedad. Pese a que los animales domésticos se tratan y vacunan para evitar que puedan padecer y transmitir ciertas enfermedades, lo cierto es que existe la posibilidad de contagio de enfermedades al ser humano a través de sus excrementos.

«Las más frecuentes son los gusanos redondos, como Toxocara canis. Estos parásitos, que en su estado adulto son gusanos redondos blancos de unos centímetros de longitud, viven en el intestino de los perros, a los que suelen causar trastornos digestivos», advierte un portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), y añade que «estos gusanos eliminan sus huevos en las heces de los perros, por lo que si el hombre accidentalmente ingiere un huevo larvado de estos gusanos puede contagiarse». «El cuadro clínico que causan en un humano va desde una infección inaparente y asintomática hasta la migración de la larva del gusano por diferentes órganos, algo, sin embargo, poco frecuente», explica el representante de la Seimc, quien recuerda que «hay otro tipo de agentes infecciosos que pueden llegar a transmitirse a través de las heces caninas, aunque son casos más raros».

Higiene vital

Así, «si una persona toca superficies que están contaminadas con los huevos de gusanos de los perros y los ingerimos, podemos contagiarnos, por ello es fundamental retirar las heces de los perros para reducir la contaminación en el suelo, seguir las indicaciones de los médicos en cuanto a vacunas y tratamientos regulares antiparásitos para nuestras mascotas y lavarse cuidadosamente las manos después de haber estado en contacto con los animales de compañía», advierten desde el Seimc.

El asunto es especialmente preocupante cuando tiene como escenario los parques infantiles. En este sentido, el ayuntamiento ha habilitado diferentes espacios para que los perros puedan correr, jugar y hacer sus necesidades. «Barcelona cuenta con 120 áreas para perros, de las cuales casi la mitad son áreas de recreo, y están rodeadas de vallas de madera de 80 centímetros de altura», recuerdan desde el Ayuntamiento. «En el interior, hay bancos, expendedores de bolsas para recoger los excrementos y papeleras de material no oxidable para depositarlas y una fuente para que los perros puedan beber sin dificultades. El suelo es de sauló y disponen de un sistema de riego programado por aspersión», añaden. Además, en la puerta de acceso a estas zonas hay carteles que informan de la obligación que tienen los propietarios de recoger los excrementos y contribuir al mantenimiento y buen estado del espacio, así como de la fecha de la última desinfección. «Hay otras áreas para perros más reducidas, rodeadas de vallas vegetales, la función de las cuales es ordenar las evacuaciones de los perros en la vía pública», indica una portavoz.

El Ayuntamiento tiene previstas una serie de medidas punitivas para aquellos que abandonen las heces de sus perros en la vía pública. Así, desde enero a septiembre la Guardia Urbana ha puesto 75 denuncias por este motivo. Según la ordenanza de protección, posesión y venta de animales, permitir a los animales domésticos efectuar sus micciones en las fachadas de los edificios y en el mobiliario urbano se sanciona con 300 euros, 75€ con el descuento; no recoger inmediatamente las deposiciones fecales de los animales domésticos en las vías y espacios públicos o no proceder a la limpieza de los elementos afectados por las deposiciones se castiga con 300 de multa (75 € con descuento).

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