Barcelona
Del papel al grafiti
El arte urbano conmemora en Les Corts la mítica velada literaria en el Price
La Sala Gran Price fue un local en el que se celebraron algunas de las más importantes veladas que Barcelona ha dedicado al boxeo. Sin embargo, el 25 de abril de 1970 fue el escenario de una jornada dedicada a la poesía. Unas 3.500 personas acudieron al Price para poder presenciar el Primer Festival Popular de Poesía Catalana, con el protagonismo de autores de la talla de Agustí Bartra, Joan Oliver, Salvador Espriu, Joan Teixidor, Joan Vinyoli, Rosa Leveroni, Josep Palau i Fabre, Joan Brossa, Gabriel Ferrater, Joan Colomines, Jordi Sarsanedas, Josep Maria Llompart, Jaume Vidal i Alcover, Xavier Amorós, Joaquim Horta y Francesc Vallverdú. Probablemente la capital catalana les debía homenaje a esos escritores, héroes literarios en aquel acto que representaba una valiente manera de mostrar la oposición de la intelectualidad catalana al franquismo.
Desde el pasado 26 de abril, en un muro situado entre las calles Benavent y Felipe de Paz, se trabaja en una gran obra que recuerda esa mítica gesta literaria. Un grupo de grafiteros -Nados, Kram y Sencys- trabajó hasta ayer a pocos metros del Camp Nou en una espectacular obra en el que se recrean los rostros de cinco de los protagonistas de aquel acto, además de inscribir los nombres del resto de participantes. La composición recoge los rostros de Gabriel Ferrater, Joan Vinyoli, Rosa Leveroni, J. V. Foix y Josep Palau i Fabre en un escenario que los sprays de artistas del arte urbano han convertido en una mirada a la Barcelona de los años 70.
Nados, en declaraciones a este diario, explicó que «ha sido un encargo del distrito de Les Corts quien nos propuso el acto en el Price como tema. Sin embargo, nos han dado una total libertad y mucha tranquilidad en nuestro trabajo, tanto en los primeros bocetos como sobre la composición final».
El grafiti no es una simple pintada en una pared sino que tiene tras de sí un discurso narrativo que abre Ferrater y cierra Foix. Los responsables de este trabajo aseguran que «nos hemos documentado. Hemos buscado imágenes de todos los retratados y una vez que los hemos interiorizado comenzamos nuestra labor». A ello se le suma, el empleo de un cromatismo impactante gracias a la fusión de cromatismos violaceos y granates. «A esta fachada le hemos dado un punto clásico, como si fuera un vino tinto envejecido», dijo Nados.
Este equipo ya realizó el pasado año, en un solar situado en la calle Numancia, a muy pocos metros de la avenida Diagonal, con el protagonismo de Salvador Espriu y Mercè Rodoreda. Doce meses más tarde, a diferencia de otros grafitis, nadie ha pintado encima y forma parte del paisaje urbano.
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