Museos

«El Hermitage Barcelona no tiene como objetivo el turismo de cruceros»

Ujo Pallarés, el promotor del museo, espera que pueda ponerse la primera piedra del centro a finales de este año

Promotor. Ujo Pallarés, fotografiado ayer en Barcelona, es la cara visible de un proyecto en el que lleva trabajando con su equipo desde hace seis años
Promotor. Ujo Pallarés, fotografiado ayer en Barcelona, es la cara visible de un proyecto en el que lleva trabajando con su equipo desde hace seis añoslarazon

Ujo Pallarés, el promotor del museo, espera que pueda ponerse la primera piedra del centro a finales de este año.

El Hermitage Barcelona debería abrir sus puertas el próximo año. Eso es lo que se dijo cuando oficialmente se presentó este proyecto en 2016 de la mano de Jorge Wagensberg, responsable de su proyecto museográfico, y Ujo Pallarés, uno de los principales promotores del proyecto. Tras un periodo en el que el actual consistorio parecía no ver con buenos ojos la iniciativa, todo sigue adelante, aunque con otra fecha de apertura en el horizonte.

«Esperamos poder poner la primera piedra a finales de este año o principios del que viene. El objetivo es abrir el museo dentro de unos tres años», explicó ayer Ujo Pallarés a este diario. Pallarés reconoce que ha habido momentos en los que el Hermitage Barcelona ha quedado parado, «pero nosotros nunca hemos tirado la toalla y hemos seguido remando. Ahora estamos a la espera de la respuesta del Puerto para la concesión y poder empezar las obras de construcción en la Nueva Bocana. Como dijo Jorge Wagensberg, este es un proyecto que surge una vez cada siglo y hemos luchado durante seis años para que sea una realidad. Vamos a trabajar con todas las administraciones y los vecinos para que salga adelante».

En este tiempo se ha ido trabajando en el proyecto museográfico. Pallarés aún no quiere explicar el contenido de las exposiciones con las que se inaugurarán, aunque remarca que «sabemos qué piezas queremos para ellas» y, sí, habrá grandes firmas procedentes de las colecciones del Hermitage de San Petersburgo, pero no se quieren dar nombres. El museo ruso no será el único en participar en el conjunto de las exposiciones inaugurales porque la sede de Barcelona está en conversaciones con museos de la capital catalana para que colaboren en este arranque con algunos préstamos puntuales. También se quiere brindar una especial atención a esos creadores con talento, tanto de Barcelona como de fuera, que no han tenido la oportunidad de exponer sus trabajos en un museo.

«Nuestra intención es sumar con la ciudad. Es un museo que estará abierto a Barcelona», explica Pallarés. El promotor de la iniciativa desmiente que haya malestar por parte de los vecinos de la Barceloneta ante la llegada del Hermitage. «Hemos presentado el proyecto a los vecinos y hemos atendido a los requerimientos que nos hicieron. Por eso, hemos trabajado con ellos todas las problemáticas. Por tanto, la masa vecinal está a favor del proyecto. Somos los mejores vecinos que pueden tener».

Cuando se le pregunta a Ujo Pallarés por el público que se espera en el Hermitage Barcelona, matiza que «no tenemos como objetivo a los cruceristas y al turismo de alto standing. No hemos promocionado así el museo. Si quisiéramos hacer un museo para cruceristas tendríamos diez obras que serían grandes éxitos colgadas por cuatro o diez años. No es un museo para explotar al turista sino que queremos experimentar una conversación constante con todo el público. No está planteado como un museo para una élite o para turistas. Si vienen a vernos serán bienvenidos, pero no es el objetivo. Sí, es verdad que se nos ha estigmatizado con elementos que no tienen nada que ver con el proyecto».

La inversión sigue siendo, con el respaldo de un fondo de inversión, de unos 50 millones de euros para poner en marcha un espacio que «no será una franquicia, ni una sucursal. Esto no es como el Museo Hermitage que hay en Amsterdam porque nosotros tenemos una entidad propia».

Hermitage Barcelona espera acoger a más de 600.000 visitantes en su primer año de puesta en marcha. ¿Y el precio de la entrada? Por el momento no se quiere decir el precio, pero Ujo Pallarés concreta que «será más barato que el museo más caro de Barcelona». Por todo eso, Pallarés concluye que el Hermitage Barcelona «tiene que ser usado por el ciudadano porque nuestra intención es que vuelva a visitarnos y en cada visita encuentre algo nuevo».

Divulgar, enseñar y dialogar como ejes

El Hermitage Barcelona, con una superficie total de 16.590

metros cuadrados, contará con varias exposiciones simultáneas a lo largo de sus 3.472 metros cuadrados de salas destinadas a este objetivo. «Nuestra intención es la de divulgar, enseñar y dialogar en cada una de las exposiciones. Esto es un proyecto que ve con buenos ojos el Ayuntamiento de Barcelona y en el que no habrá piezas que permanezcan más de dos años en las salas», apunta Ujo Pallarés.