Consumo

El PP examina el pacto CiU-ERC con un debate sobre el euro por receta

Registra una propuesta parlamentaria para eliminar la medida de la que Junqueras discrepa

El PP de Sánchez- Camacho y Millo avanzó durante el debate de investidura que ejercerá una oposición férrea y responsable
El PP de Sánchez- Camacho y Millo avanzó durante el debate de investidura que ejercerá una oposición férrea y responsablelarazon

Como propósito de año nuevo, Artur Mas y Mariano Rajoy se han comprometido a dialogar. Aunque el rumbo que ha emprendido la Generalitat hacia la independencia de Cataluña no facilita la comunicación entre ambos ejecutivos. La hoja de ruta que Mas ha firmado con ERC es la crónica de un choque anunciado. Nacionalistas y republicanos han puesto en marcha la maquinaria para convocar una consulta en 2014. En el próximo pleno, el Parlament aprobará una «declaración de soberanía». Paralelamente, se retomará la tramitación de la ley de consultas y se abrirá un proceso de diálogo con el Gobierno para que dé luz verde a la celebración de un referéndum. Rajoy ya ha dicho que sólo hablará de aquello que esté dentro de la Constitución. Como avanzó Mas en su investidura, se avecina un «choque de barcos».

La consulta soberanista tiene puntos de acabar en el Tribunal Constitucional (TC), como el impuesto a los bancos, que aprobó el equipo de Mas en el último consejo de gobierno de la anterior legislatura, o el euro por receta, otro de los frentes que ambos ejecutivos tienen abiertos. Además de recurrir la tasa por receta al TC, el portavoz del PP en el Parlament de Cataluña, Enric Millo, explicó que su partido ha registrado ya una proposición de ley para suprimir esta medida. La iniciativa del PP reabrirá un debate en el Parlament, que se coló también en la negociación del pacto de legislatura entre CiU y ERC, poniendo a prueba la alianza soberanista.

Punto de desencuentro

Una de las peticiones que los republicanos pusieron sobre la mesa de negociación del acuerdo fue la supresión del euro por receta. Sin embargo, ERC acabó dando su brazo a torcer a cambio de introducir exenciones. El acuerdo de legislatura recoge el compromiso de «evaluar la exención de nuevos colectivos y nuevos límites (actualmente, los pacientes pagan un máximo de 60 euros al año), proporcionales a la renta».

El conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, es reacio a suprimir el euro por receta porque además de que el Govern dejaría de cobrar cien millones al año, gracias a esta medida calcula que por cada euro que se paga, se deja de gastar otro medio euro en medicamentos. El Govern entiende que el consumo de medicamentos se ha reducido con el euro por receta. El gasto farmacéutico bajó un 15,18 por ciento de media en España, mientras que en Cataluña cayó un 23,9 por ciento.

Sin embargo, el Gobierno cree que el euro por receta perjudica a la igualdad, porque tanto en Madrid como en Cataluña, las dos autonomías donde se aplica, se grava por partida doble la compra de medicamentos, teniendo en cuenta que se suma al copago del Ejecutivo que discrimina según la renta. El conseller de Salud, Boi Ruiz, insiste que los cien millones anuelaes que prevé recauda sirven para mantener los servicios.

La oposición censura el discurso de Mas

El discurso de Fin de Año de Artur Mas no sedujo a nadie más allá de las siglas de CiU en el Parlament de Cataluña. Esquerra, pese a admitir que se siente cómoda con el mensaje, lo encontró descafeinado, pese a que el president de la Generalitat ligó el proyecto nacional con el proyecto social cuando insistió en que el camino hacia la independencia se ha de vincular con un proyecto social que garantice el bienestar de los catalanes. Una apuesta que, precisamente, levantó ampollas entre la oposición. El portavoz del PP en el Parlament, Enric Millo, reprochó a Mas que relacione el proyecto social con la independencia es una «auténtica manipulación de la realidad». Desde el PSC, Jaume Collboni, lamentó que los hecho del gobierno de CiU no acompañan las palabras de Mas, mientras que ICV echó en cara al president de la Generalitat que no puede relacionar los dos objetivos –el proyecto nacional con el proyecto social–, y censuraron que el gobierno de CiU siga con los recortes. Los ecosocialistas reiteraron que están muy lejos de la política de austeridad que aplica el Govern.

Por su parte, Ciutadans calificó de «error» supeditar las políticas separatistas a la superación de la crisis. Y la CUP reclamó más hechos y menos palabras, una petición que recuerda al lema de Montilla.