Museos

«Ha habido un exceso de dinamismo institucional en Barcelona en los últimos cuatro años»

Joan Subirats, Comisionado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, asegura que está «muy interesado en que los fondos de Carmen Balls y Tusquets Editores se puedan exponer en Barcelona»

Joan Subirats
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Joan Subirats, Comisionado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, asegura que está «muy interesado en que los fondos de Carmen Balls y Tusquets Editores se puedan exponer en Barcelona».

Usted es el tercer responsable de cultura en el Ayuntamiento de Barcelona durante esta legislatura tras el paso de Berta Sureda y Jaume Collboni. ¿Tanto cambio acaba perjudicando a la cultura de la ciudad? ¿Se queda con algo de la labor de sus predecesores?

–Creo que ha habido un exceso de dinamismo institucional, una cantidad de cambios exagerada en los últimos cuatro años. Es muy razonable que lo primero que se pregunte es qué ha pasado, un reflejo de la situación política que vivimos en Cataluña cuando desde hace meses no hay un responsable político de cultura en la Generalitat. En el Ayuntamiento ha habido más estabilidad, pero el cambio con los socialistas ha provocado esta situación. Contestando a su pregunta, creo que hay un elemento evidente y es que Berta Sureda intentó abrir elementos en el ámbito cultural que hasta ese momento habían sido poco explorados. Es el caso de la precariedad en el mundo artísitico y cultural; si la precariedad laboral ya es muy importante en cualquier otro ámbito, en el cultural se mostraba de manera más clara. Hay un segundo aspecto y que estaba muy poco ordenado como es el de la música en locales y en la calle, con una tendencia a aplicar de una manera muy restrictiva las licencias en los locales de ocio nocturno, lo que provocaba la desaparición de la música en directo. También tenemos el tema de la protección de las librerías porque es evidente que el mundo del libro pasa por momentos complicados, pero también es cierto que se han abirto nuevas librerías en Barcelona, más de las que nos imaginábamos. Sureda se preocupó para que estas librerías tuvieran una reducción del IBI. Son tres elementos muy bien planteados que quiero seguir.

¿Y respecto a la etapa de Collboni?

–Se hicieron cosas muy interesantes, como aprobar cuatro medidas de gobierno de gran significación. Por ejemplo, la medida sobre el mundo del libro y editorial la encuentro muy bien encaminada. Igual pasa con la medida de gobierno referida al ámbito audiovisual, a las fábricas de creación que se han puesto en conexión y la del distrito cultural que propicia que espectáculos de alta calidad vayan a los barrios.

¿Por qué no continuará el Grec en agosto, una iniciativa que se puso en marcha el año pasado?

–No, no repetiremos porque el dinero gastado el año pasado no acaba de justificar los resultados obtenidos. Alguno diría que a lo mejor habría que insistir para que las cosas tengan efecto, pero me gustaría ver si la manera de enfocar actividades culturales en agosto es a través de un festival como el Grec. Podríamos buscar nuevos mecanismos, como ha sucedido con la Mercè, para situar en otros ámbitos actividades culturales en agosto, algo que a través del Grec no resolvimos.

¿Tendrá finalmente Barcelona una biblioteca provincial?

–Hace unos días estuvimos en Madrid hablando con el Ministerio de Cultura, intentando ver cómo recuperar elementos de lo que hace once años se llamaba bicapitalidad. Es obvio que Barcelona, especialmente el Ayuntamiento, está asumiendo unas obligaciones de mantener equipamientos culturales de primer nivel que, si habláramos de Madrid, Londres o París, llevaría el Estado. El concepto de bicapitalidad aparece como reconocimiento a que no se puede equiparar la relación del Ministerio con Barcelona a la que tiene con otras capitales de provincia. Con la crisis, todos estos millones relacionados con la capitalidad desaparecieron. En mis conversaciones con Fernando Benzo, secretario de Estado de Cultura, la idea era rehacer esa relación y esos niveles de inversión del Ministerio. En esa serie de cosas que analizamos apareció la biblioteca provincial. El Ministerio reconoce que es un equipamiento que falta en el mapa de bibliotecas provinciales. Al mismo tiempo, no se puede olvidar que tenemos una red excelente de bibliotecas en la ciudad, con un gran nivel de aceptación. Tenemos que cuadrar la voluntad del Ministerio y la del Ayuntamiento de ver qué biblioteca necesitamos. Hemos hablado de que sea más experimental, más del siglo XXI, como las que hay en los países nórdicos o al lado de la estación central de Amsterdam.

¿Será la Estación de Francia, como se había dicho, su ubicación?

–Queremos mantener ese espacio previsto de la Estación de Francia porque ya es patrimonio del Ministerio de Cultura. Se trata de actualizar el proyecto que ya existía.

Collboni expuso la posibilidad de que la biblioteca se llamara Carmen Balcells y en ella se pudieran alojar los archivos de la agente literaria. En los últimos años han habido varios archivos importantes catalanes que han acabado en Madrid.

–No hemos hablado del nombre de la biblioteca. Soy consciente de lo que me dice, de los casos de Balcells y Tusquets. Hemos hablado de ello con el Ministerio y su voluntad es que se pudiera exponer el material más significativo de estos archivos en Barcelona. Deberíamos buscar el espacio adecuado para ello. Es probable que si esperamos a la construcción de la biblioteca provincial, estaríamos alargando mucho la solución. La predisposición ministerial es alta, al igual que la nuestra. Hay que buscar alternativas y, por ejemplo, el desplazamiento de la Escola Massana del antiguo Hospital de la Santa Creu, donde está la Biblioteca de Catalunya, podría ser una solución. Debemos poner ahora en negro sobre blanco el convenio con el Ministerio y ver si podemos tirar adelante esto. Estoy muy interesado en que los fondos de Carmen Balcells y Tusquets Editores puedan verse en Barcelona.

¿Habrá una Casa de las Letras en Barcelona?

–Es un tema que aparece en la medida de gobierno que le comentaba antes, muy vinculado con la capitalidad editorial y del mundo del libro de Barcelona. En estos dos meses en el cargo ya me he reunido con los grandes grupos editoriales, los gremios de editores y libreros, asociaciones de escritores, con todos los sectores. Mi sensación es que las expectativas de la Casa de las Letras son distintas para cada uno, más allá de la existencia de un espacio físico. Quiero evitar que nos gastemos más de 14 millones de euros en un espacio que después puede ser un problema y no una solución.

Sigamos con otro espacio. ¿Podrá crecer el Mnac ocupando uno de los pabellones de la Fira de Barcelona?

–El Mnac tiene un problema evidente de espacio. En mis conversaciones con la dirección del Mnac y el Ministerio hemos llegado a la conclusión que hace falta asegurar un mejor espacio para exponer sus colecciones y acercar más el Mnac porque hay un déficit de conexión con la plaza España. ¿Cuál es el espacio ideal para que crezca el Mnac? El Pabellón Victoria Eugenia al que destinaremos este año dos millones de euros para condicionarlo y ponerlo en solfa. Con esta inversión garantizamos que ese pabellón sea un equipamiento cultural.

¿Ese pabellón será solo para el Mnac?

–No, responderá a necesidades expositivas de la ciudad. Será un pabellón compartido. Entiendo que el Mnac necesita más espacio, pero también la ciudad lo necesita.

¿Qué opinión tiene de una iniciativa como la llegada del Hermitage a Barcelona? ¿Le conviene a la ciudad un proyecto de estas características?

–He hablado con sus responsables y es una iniciativa privada que se llevará en un espacio que es el del Puerto. El Ayuntamiento ha cambiado la normativa para que se instale un equipamiento cultural en el lugar donde ellos quieren. Hemos de ver el proyecto artístico que se nos plantea, el tipo de pieza que nos traerán del Hermitage y si es complementario a la oferta museística de la ciudad. Pero, sobre todo, lo que nos preocupa especialmente es la viabilidad económica del proyecto, porque otras franquicias del Hermitage han cerrado en el pasado. No queremos que esto acabara repercutiendo en nosotros porque es una iniciativa que no hemos tomado.

¿Qué le parece que el CCCB vaya a exponer próximamente, como ya ha anunciado, la obra censurada en ARCO sobre presos políticos?

–Estamos a favor de que se exponga una obra que tiene un propietario privado. Estamos a favor de la expresión libre del arte.