Política

Cataluña

La mitad de los catalanes tiene dificultades para llegar a final de mes

La pobreza y las desigualdades crecen tras dos años: 1 de cada 4 personas está en riesgo de exclusión. La inversión social no se recupera pese a la mejora de la economía: faltan 2.200 millones para compensar los recortes

La inversión en salud, educación, vivienda y bienestar social de la Generalitat requiere aún de 2.000 millones de euros para recuperarse de los recortes
La inversión en salud, educación, vivienda y bienestar social de la Generalitat requiere aún de 2.000 millones de euros para recuperarse de los recorteslarazon

La pobreza y las desigualdades crecen tras dos años: 1 de cada 4 personas está en riesgo de exclusión. La inversión social no se recupera pese a la mejora de la economía: faltan 2.200 millones para compensar los recortes

Cataluña avanza, en lo social, a ritmo de la canción más conocida de Ricky Martin, «un pasito pa' lante y un pasito pa' atrás». Tras dos años de discretas mejoras, la pobreza y las desigualdades vuelven a crecer, pese a que los datos macroeconómicos son buenos –el paro baja y el PIB sube–. Las cifras del informe INSOCAT, que elabora la federación de Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS), son una bofetada para las administraciones. Su título lo dice todo: «Trabajo precario, vivienda privativa y falta de inversión social». Y convierte en realidad el temor de Anton Costas, ex presidente del Círculo de Economía, que temía que los políticos dejaran en la cuneta a ese tercio de la población al que la crisis dejó al borde de la exclusión.

Se repite la historia de los 90, cuando la economía crecía un 5%, pero un 11% de los desempleados no fue capaz de reincorporarse a la actividad económica. Según denuncia la ECAS, la pobreza aumenta, el 23,8% de los catalanes están en riesgo de exclusión social y esta cifra se dispara hasta el 47,7% entre los extranjeros. También crecen las desigualdades: el 20% de los catalanes más ricos gana 5,7 veces más que el 20% de los más pobres.

La presidenta de la ECAS, Sonia Fuertes, lamentó ayer, durante la presentación del informe, que «la mejora económica no repercute en el conjunto de la sociedad». Mientras que Teresa Crespo, vocal de pobreza, alertó de que «la falta de políticas públicas transformadores y la insuficiente inversión social hacen que las desigualdades se perpetúen y la pobreza se cronifique». Los recortes de la Generalitat en los años centrales de la crisis, entre 2010 y 2014, no se ha revertido todavía. La inversión en salud, educación, vivienda y bienestar social se redujo en más de 4.000 millones de euros, de los cuales, según sus cálculos, sólo se han recuperado 1.800 millones.

Niños y jóvenes son el colectivo más perjudicado por el sistema de protección social, en su caso , la tasa de riesgo se pobreza se reduce del 33 al 28% tras las transferencias sociales. mientras que en el caso de los mayores de 65 años, este número baja del 84 al 15,5%. La educación universal sigue sin revertir las desigualdades; la culpa es del alto nivel de segregación escolar. El 17% de los alumnos no acaban los estudios obligatorios, aunque el título de la ESO no garantiza las competencias para seguir estudiando. «Para evitar el fracaso escolar hace falta más recursos», denuncia el Casal dels Infants.

El mercado laboral y el inmobiliario son dos generadores de pobreza. El 87% de los nuevos contratos son temporales, un 12,2% de los trabajadores son pobres y la precariedad se ceba en las mujeres: el 18% cobra menos del salario mínimo. Los alquileres se han disparado un 48% desde 2004. El 33% de los inquilinos corren riesgo de pobreza.

LA POBREZA EN NÚMEROS

5,7 Veces más dinero gana el 20% de los catalanes más ricos respecto al 20% más pobre.

48% De la población extranjera está en riesgo de esclusión social, frente al 24% del total de la población.

48% Crece el precio de los alquileres desde 2004. La tasa de riesgo de pobreza es el doble en inquilinos (33%) que en propietarios (15%).

18% De las mujeres ganan por debajo del salario mínimo, un 22% trabaja a tiempo parcial, frente al 7,3% de los hombres.