Política

Cataluña

Las discusiones entre Homs y Gordó, motivo del retraso

Mas disfruta ayer de los actos de la Mercè, mientras un grupo de ciudadanos se manifiesta en los aledaños contra sus políticas
Mas disfruta ayer de los actos de la Mercè, mientras un grupo de ciudadanos se manifiesta en los aledaños contra sus políticaslarazon

Desde hace varios días, el presidente de la Generalitat juega al despiste o al despropósito, según se mire. Todavía no se ha publicado la Ley de Consultas aprobada por el Parlament el pasado viernes ni se ha firmado el decreto de convocatoria del 9N.

Desde hace varios días, el presidente de la Generalitat juega al despiste o al despropósito, según se mire. Todavía no se ha publicado la Ley de Consultas aprobada por el Parlament el pasado viernes ni se ha firmado el decreto de convocatoria del 9 de noviembre. Hay que reconocer que Artur Mas ha conseguido su objetivo de mantener la incertidumbre y centrar toda la atención. Sin embargo, que nadie se equivoque. Mas empieza a componer el puzle de su plan B.

Una de las razones del retraso es las divergencias en el Gobierno en la elaboración del decreto. Francesc Homs, consejero de presidencia y portavoz, tiene sus más y sus menos con Germà Gordó, consejero de Justicia. Los detalles, no menores, del decreto como cuáles son los centros de votación, que funcionarios deben participar y cuál es el censo, han generado discrepancias entre ambos consejeros de Mas que mantienen su propio pulso. Sus relaciones políticas no son buenas, no han sido buenas y no parece que vayan a ser buenas, y han aflorado de nuevo en la confección del decreto.

Pero más allá de estas divergencias, el decreto no ha visto la luz porque el presidente catalán quería atar algunos flecos. Mas no hará como Salmond si el Gobierno impugna, como hará, la consulta y la ley. No tiene ninguna intención. Es más, seguirá empecinado en potenciar lo que los nacionalistas llaman a bombo y platillo «el proceso». De hecho, ya tiene una hoja de ruta.

Esta ruta no se sabe a ciencia cierta cuándo empezará. El «día D» es toda una incógnita. Algunos apuestan por la firma del decreto el día después de la comparecencia de Jordi Pujol en el Parlament. Otros lo retrasan a la próxima semana y no faltan los que lo plantean hoy mismo. Nadie cree que pueda ser el mismo viernes. Lo que sí se sabe es el criterio con el que trabajan en el Palau de la Generalitat.

El presidente firmará el decreto rodeado de los dirigentes de los partidos que dan apoyo a la consulta y de las entidades cívicas que han impulsado las manifestaciones del 11 de septiembre, la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, además de otras entidades de la llamada «sociedad civil» y algún miembro del Gobierno como la vicepresidenta, Joana Ortega. Acto seguido, Artur Mas será entrevistado por TV-3 por Mònica Terribas en «prime time». Francesc Homs negó en la rueda de prensa de los martes, después del consejo de Gobierno, la existencia de la entrevista. Debe ser el único de Palau que la desconoce. Trabajadores de TV-3 han confirmado a LA RAZÓN que en la televisión pública lo tienen todo preparado. Con este planteamiento el sábado podría ser un día idóneo porque el partido del Barça –siempre hay que mirarlo todo– finaliza a las 20 horas.

El segundo acto de esta hoja de ruta se traslada a Madrid. El Gobierno impugnará la ley y el decreto pero mientras la Generalitat y los partidos que dan apoyo a la consulta iniciarán su campaña a favor del voto. La campaña se trasladará a Europa con la inserción de anuncios en los principales diarios con el objetivo de «internacionalizar el conflicto», en argot nacionalista. En paralelo, los partidos y la sociedad civil harán actos en favor del 9-N y no se descartan movilizaciones, como concentraciones ante los ayuntamientos, que culminarían con una gran protesta en Barcelona.

En este punto, la pregunta es ¿se adelantarán las elecciones? La respuesta: al uso no. Artur Mas se reunió la pasada semana con Oriol Junqueras, el líder de ERC. De la reunión, como informó LA RAZÓN, solamente surgió un compromiso. Artur Mas tranquilizó a Junqueras y le planteó unas elecciones anticipadas, siempre y cuando Mas lidere una lista unitaria con los republicanos y sectores escindidos del PSC, pudiendo incluirse algunas personas críticas con la dirección que todavía no han dado el paso de abandonar el partido. Esta candidatura de «amplia base» estaría liderada por Mas y demostraría su intención de no dimitir ni abandonar, evitaría su suicidio político y el de su partido, y podría contar con el apoyo de Junqueras. La fecha barajada: febrero de 2015.

El líder republicano no tiene ninguna intención de ser el presidente de la Generalitat. Su objetivo es ser presidente de la República Catalana. Por eso, Junqueras no vería con malos ojos esta posibilidad. La victoria de la coalición estaría garantizada y dejarían a los republicanos en inmejorable posición ante las municipales del mes de mayo.

En estos comicios, ERC se presentaría con sus siglas con el objetivo de conseguir ganar en la mayoría de los ayuntamientos catalanes, incluido el de Barcelona. Con esta victoria, la mayoría parlamentaria y la movilización de sus entidades satélite, Oriol Junqueras aspira a repetir el modelo de las elecciones municipales de 1931 en las que la victoria de los republicanos hizo abandonar a Alfonso XII.

Si se produce, la victoria republicana, la Declaración Unilateral de Independencia sería un hecho. Para entonces Mas ya se sentirá con el deber cumplido.

El gladiador, como lo califica Pilar Ferrer, ya se verá con una reseña en la Enciclopedia Catalana como el último presidente de la Generalitat que facilitó el camino hacia la ansiada independencia.