Medicina

«Lo que estas mujeres ganan a nivel psicológico va más allá de la esfera sexual»

Desde 2007, el ginecólogo Pere Barri ha practicado una reconstrucción genital a 89 mujeres de forma gratuita a través de la fundación Dexeus Mujer

Pere Barri fue el primer ginecólogo en practicar en España la reconstrucción del clítoris entre las mujeres víctimas de ablación
Pere Barri fue el primer ginecólogo en practicar en España la reconstrucción del clítoris entre las mujeres víctimas de ablaciónlarazon

Pere Barri fue el primer ginecólogo en practicar en España la reconstrucción del clítoris entre las mujeres víctimas de ablación. Desde 2007, ha practicado una reconstrucción genital a 89 mujeres de forma gratuita a través de la fundación Dexeus Mujer.

Pere Barri fue el primer ginecólogo en practicar en España la reconstrucción del clítoris entre las mujeres víctimas de ablación. Desde 2007, ha practicado una reconstrucción genital a 89 mujeres de forma gratuita a través de la fundación Dexeus Mujer.

–¿En qué consiste la ablación?. Al margen de las secuelas estéticas, ¿tiene también secuelas a nivel funcional y psicológico para las mujeres que la sufren?

–La ablación es una mutilación genital que se hace a la práctica totalidad de las mujeres en una serie de países africanos, que no tiene nada que ver con la religión. Es como un rito para frenar la sexualidad de la mujer. Lo que pasa es que cuando preguntas al respecto a alguna víctima de ablación, no sabe muy bien por qué se le ha hecho. La realidad es que, en los países en los que se realiza, todavía hay tasas de mutilación del 90%. Esta práctica tiene una serie de secuelas a corto plazo que son muy graves como las infecciones, las hemorragias...y de hecho hay personas que mueren en el proceso de la ablación. Además, en el contexto africano existe el riesgo del contagio del SIDA y otras infecciones ya que se hacen en condiciones nada cuidadas. En muchos de estos países la legislación prohibe la práctica de la ablación, pero se sigue haciendo de forma clandestina, con lo cual se hace en condiciones aún peores. En cuanto al tema psicológico, una mujer mutilada suele estar bien porque cuando tú conviertes en sinónimo lo normal con lo frecuente, pues lo normal en estos países es una mujer mutilada. El problema psicológico de la ablación lo tienen cuando estas mujeres vienen a vivir aquí, porque es entonces cuando se sienten diferentes. De hecho, desde el punto de vista psicológico, el escenario peor es el de una niña que ha nacido aquí y que con unos 10 años, con motivo de un viaje al país de origen de sus padres, le hacen la mutilación. Esta niña ha crecido con los valores culturales de aquí, de la mujer occidental, y no entiende por qué le ha pasado esto, así que es muy difíciles de recuperar, ya que aunque quirúrgicamente lo puedas resolver, psicológicamente hay un impacto muy importante.

–Fue pionero en España en llevar a cabo la reconstrucción del clítoris. ¿Cómo se familiarizó con la realidad de estas mujeres? ¿Cómo llegó a conocer la técnica?

–Cuando yo estaba trabajando en París, ni sabía que existía esto pero en el hospital que trabajaba había un programa de reconstrucción genital y allí aprendí. El reto fue el querer implementarlo una vez volví aquí, porque no es el prototipo habitual de paciente que vemos aquí. El programa tuvo varios retos: el primero fue acceder a las pacientes. De hecho, desde que definimos el programa e hicimos la comunicación hasta que operamos a la primera mujer, pasó un año. El segundo reto fue el conseguir fondos para asegurar la continuidad del programa. El tercer reto y que no hemos conseguido del todo, es el de divulgar la técnica para que se haga en más centros, más cerca de donde están estas pacientes. No hay muchas organizaciones que se dediquen a hacerlo de forma regular. Muchas mujeres se podrían beneficiar de esta intervención si la comunidad médica se acercarse a donde ellas están.

–¿En qué consiste esta técnica de reconstrucción?

-Esta técnica,que nace hace unos 15 años, es una adaptación de una técnica antigua de alargamiento de pene. Básicamente, en lo que consiste es en quitar lo que haya de tejido cicatricial, vamos a buscar lo que queda de clítoris -que siempre queda algo- y lo recolocamos en su sitio de origen, lo más externo posible y lo más cerca de la entrada de la vagina posible. Con esto conseguimos que el aspecto sea muy similar al normal y recuperamos la función, porque antes entre el clítoris y el exterior había muchos tejidos patológicos interpuestos que ahora ya no están y así lo vuelves a exponer.

-¿Cuál es el porcentaje de éxito?

- Lo que llamamos un buen resultado estético, es decir que pase desapercibida la ablación a ojos de un profano, se consigue en casi un 90% de los casos. La parte de recuperación funcional, que significa que se puede llegar a una estimulación, el éxito se situa al rededor de un 70% de los casos; con la ventaja añadida, en lo que a cirugía funcional se refiere, que son pacientes que la mayor parte vienen de sentir poco o nada, con lo que descubre su sexualidad post quirúrgica. En nuestro programa hacemos un seguimiento psicológico previo y posterior a la intervención, algo que no hacen otros, y está demostrado que lo que estas mujeres ganan a nivel psicológico, en cuanto a autoestima, confianza y demás, va mucho más allá de la esfera sexual

-¿Se puede operar a todas las mujeres que han sufrido ablación?

- Sí, aunque las técnicas son un poco diferentes según el tipo de ablación que han sufrido.

–Me comentaba antes que el progama es de los pocos que contempla una atención psciológica a la mujer mutilada que se opera. ¿A qué va enfocada esa atención?

-Se trata de una evaluación psicológica previa, porque hay enfermedades que pueden afectar a la percepción que tengan del proceso y también queremos conocer su percepción de su calidad de vida sexual, de su sexualidad. Y eso se hace antes y a los seis meses de la cirugía. Y ahora, el equipo de psiquiatría tiene la ilusión de empezar una intervención sobre estas pacientes, porque nos encontramos que hay pacientes que, tras la cirugía, no están suficientemente satisfechas porque falta un trabajo detrás de soporte psicológico para revertir un desconocimiento de su propia sexualidad, o situaciones de ansiedad y depresión...

-¿Hay suficiente sensibilización o concienciación sobre la mutilación?

- En general sí, pero creo que el personal sanitario, los profesionales de la educación... tenemos una responsabilidad en la identificación de niñas en riesgo. Cuando explicas a los padres de estas niñas lo que supone de riesgo y pérdida el hacer una mutilación se sorprenden, hay total desconocimiento.