Consejo de Ministros
Los soberanistas alientan la exhibición de «senyeres» para propulsar la consulta
para combatir la presión que conlleva el cargo de president de la Generalitat, Artur Mas suele hacer natación. Pero tras una semana, en la que ha tenido que soportar el rechazo de empresarios a su plan soberanista, Mas recibió ayer otro tipo de terapia, un tratamiento emocional, el respaldo de las entidades que forman el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir a la consulta del 9 de noviembre. «Este encuentro es para demostrar que somos muchos los que estamos a favor de la consulta que defiende el president», explicó una de las portavoces de la cincuentena de entidades, de las 1.600 que se han adherido ya al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, antes de entrar en la reunión que se celebró en el Parlament de Cataluña.
El encuentro duró más de dos horas, tiempo suficiente para que los portavoces trasladaran a Mas su apoyo al proceso y para consensuar un documento de dos páginas que emplaza a las entidades firmantes del pacto por el derecho a decidir a hacer campaña en la calle para recabar más apoyos a favor de la consulta. Las asociaciones tienen vía libre para organizar actuaciones a favor de la consulta. Las únicas condiciones son que se ciñan al derecho a decidir, que no defiendan ninguna postura favorable o contraria a la independencia, que sean actos cívicos y positivos y que «reafirmen el sentido de un sólo pueblo».
Por ejemplo, el presidente del Pacto Nacional a Decidir, Joan Rigol, pidió a los ciudadanos que cuelguen «senyeres» en los balcones el próximo 23 de abril para que todo el mundo vea que es cierto, como dicen las encuestas de la Generalitat, que el 80 por ciento de los catalanes defienden la consulta. Rigol insistió en que sean banderas «senyeres», que no «estelades» –independentistas–, porque ahora toca «ganarnos el pulso a poder votar» y «luego cada uno ya decidirá si quiere votar "sí"o "no"a la independencia».
La puesta en escena de la reunión convirtió a Mas en capitán, al presidente del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, en almirante, y a las entidades partidarias de la consulta soberanista en tropas. Como capitán, Mas trasladó a sus tropas que está siendo imposible dialogar con el Gobierno, porque la condición que pone Mariano Rajoy para sentarse a hablar es enterrar la consulta, algo a lo que los soberanistas «no están dispuestos», reafirmó Rigol.
El manifiesto que suscribieron las entidades firmantes del pacto apoya la decisión del Parlament para que los catalanes puedan votar el próximo 9 de noviembre y alegan que «Cataluña es nación y toda nación tiene derecho a decidir su futuro político». Pese a que el manifiesto también asegura que el derecho a decidir «mejora la condición de vida de los catalanes», la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, trasladó una contrapropuesta a Mas para empezar a dialogar. Le emplazó a negociar la reformar del sistema de financiación y fórmulas para que Cataluña obtenga más autogobierno.
Los grandes ausentes en la reunión volvieron a ser el PSC y Foment del Treball. Aunque estaban los ex diputados socialistas Ernest Maragall y Toni Comín.
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