Cataluña

Mas acelera el choque con Rajoy con el argumento de que la consulta «urge»

Artur Mas ejerció ayer de amfitrión, como presidente de la Comisión Intermediterránea
Artur Mas ejerció ayer de amfitrión, como presidente de la Comisión Intermediterránealarazon

El «choque de barcos», del que Artur Mas habló en su dicurso de investidura para ilustrar que su proyecto soberanista le traería problemas con el Gobierno, está a pocas millas. Tras firmar el pacto nacional por el derecho a decidir con más de una cuarentena de entidades, Mas enviará antes de que acabe el mes de julio una carta a Mariano Rajoy para pedirle formalmente la convocatoria de un referéndum soberanista, que ve «necesaria y relativamente urgente», ante la compleja relación que tienen Cataluña y España.

Se lo había reclamado ERC, a quien no le bastaba que el president de la Generalitat hubiera trasladado la petición en persona a Rajoy, en la discreta reunión que tuvieron el pasado 21 de marzo. Los de Oriol Junqueras pretendían, con esta carta, que el Gobierno se viera obligado a responder de manera oficial si permitirá o no celebrar una consulta a Cataluña.

Aunque en el pacto de legislatura que firmaron ERC y CiU, se emplazaban a trasladar la solicitud antes de este fin de semana, Mas ha preferido esperar a dotarse de un amplio apoyo social, político y económico –el que le da el pacto nacional por el derecho a decidir–, para enviar la demanda formal a Rajoy.

Conflicto político

Cuanto mayor sea el apoyo a la demanda que Mas trasladará al presidente, mayor será el conflicto político si se deniega la convocatoria de un referéndum soberanista.

Mas explicó ayer que espera que la solicitud que enviará a Rajoy acabe en una negociación y, posteriormente, en un acuerdo. Lo dijo durante el acto previo a la firma de un acuerdo de colaboración entre la Unión por el Mediterráneo y la Comisión Intermediterránea, en el Palau de la Generalitat, junto al secretario general de la Unión por el Mediterráneo, Fathallah Sijilmassi, y el presidente de la Toscana, Enrico Rossi.

Pero hasta las demandas de una carta a los Reyes Magos parecen más factibles que la petición que recibirá el presidente del Gobierno. Hoy por hoy, ni PP ni PSOE apoyan el derecho a decidir de Cataluña.

El propio Mas, tras la reunión que mantuvo con Rajoy, dio y da por hecho que el Estado no abrirá la puerta a negociar la consulta. Aunque insiste en que su reivindicación es democrática y no necesariamente independentista, y le adjuntará las cinco fórmulas disponibles para poder realizar la consulta, la respuesta de Rajoy no cambiará respecto a la que ya le dio en marzo. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, se encargó ayer de recordar a Mas que se equivoca al creer que con una carta va a conseguir que Rajoy cambie de opinión, porque su partido no permitirá la celebración de lo que considera una consulta «ilegal».

El «no» del Gobierno, paradójicamente, alimenta algunos de los argumentos de Mas a favor de la consulta: que Cataluña y España no se entienden, que Cataluña no encaja en España y que hay que revisar esta relación con carácter de urgencia porque se ha llegado a un callejón sin salida.

Mas aprovechó que comparecía junto al presidente de la Toscana, que a su vez es vicepresidente de la Regiones Periféricas Marítimas de Europa, y el secretario general de la Unión por el Mediterráneo para ganar simpatizantes a su causa a nivel internacional. Sijilmassi expresó que el proceso soberanista de Cataluña queda fuera de su alcance, pero que «respetaremos todas las decisiones que se tomen democráticamente».