CiU

Mas ordena a las conselleries que den visibilidad a su trabajo

La Razón
La RazónLa Razón

BARCELONA- Aunque resulte aburrida, la repetición es una de las técnicas de estudio más populares. Los niños siguen aprendiendo así las tablas de multiplicar y las preposiciones. Y en vista de que funciona, Artur Mas recurrió ayer a esta técnica para intentar enterrar la imagen que se ha construido de que no tiene proyecto más allá de la consulta soberanista, tras haber convocado unas elecciones para legitimar su apuesta por el derecho a decidir, haber firmado un acuerdo de gobernabilidad con ERC y de que los debates más mediáticos en el Parlament acaben girando siempre en torno del referéndum de autodeterminación.

Apenas cuatro días después de conocer una encuesta que pronostica que CiU perdería las elecciones, precipitó una comparecencia para presentar un plan de gobierno que estaba diseñando para explicar «todo» lo que hace la Generalitat. En vez de entonar el «mea culpa», igual que hizo José Montilla en su día, acusó a la falta de relato de estar detrás de la sangría de votos. Para remontar las encuestas, como hizo su antecesor, empezará por explicar la gestión de su gobierno.

Al margen de las ruedas de Prensa de cada martes, donde el portavoz del gobierno catalán, Francesc Homs, da parte de los acuerdos de la reunión de la ejecutiva, Mas ha ordenado a las conselleries que den visibilidad a su trabajo. En los próximos días se reunirán los responsables de comunicación de cada gabinete para trazar la estrategia de cómo explicar su acción de gobierno. Fuentes del Govern avanzaron que su idea es sacar partido a las nuevas tecnologías, exprimir las redes sociales y la página web www.govern.cat.

Este cambio de estrategia en su política comunicativa sólo se puede interpretar como un toque de atención a Homs, protagonista absoluto de los mensajes gubernamentales. No es ningún secreto que el soberanismo enardecido de Homs, que no disimula en sus comparecencias como portavoz del gobierno catalán, ha generado rechazo en Unió Democràtica de Catalunya. Un rechazo que ha mermado la relación entre los dos socios de la coalición. Para restaurar la imagen de unidad en CiU, la vicepresidenta del Govern, la democristiana, Joan Ortega, y Mas han trabajado juntos estos días en el discurso.

A lo largo de cincuenta minutos, Mas insistió en que al margen de la consulta soberanista tiene centenares de propuestas, hasta 212 medidas ejecutivas que se articulan en el plan de gobierno. Medidas como un «plan para el regreso de jóvenes talentos emigrados» o un «plan nacional de valores» que, por ahora, sólo son un enunciado, igual que la consulta soberanista.

Pero pese a repetir que el gobierno funciona a pleno rendimiento, sobre todo, con la mirada puesta en generar empleo, su estrategia no funcionó. Mas lamentó que la primera pregunta que le hicieron para resumir en castellano, la hora y media de rueda de Prensa –entre el discurso y las preguntas–, fue sobre la consulta. «Después dicen que sólo hablamos de la consulta, pero cuando pasamos al castellano me hacen una sola pregunta, me piden que les repita por qué descarto una declaración unilateral», tras apuntar que tiene proyecto más allá de la consulta.