Barcelona
La bacteria que acabó con Gala
La causa de la muerte es una enterocolitis que se agravó por la presencia de la bacteria Klebsiella, que causó una sepsis a los bebés
Dos bebés prematuros han fallecido en los últimos diez días en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona a causa de una inflamación intestinal complicada por la presencia de una bacteria
Gala nació el pasado 16 de abril de forma prematura en la semana 25 de gestación a causa de una preeclamsia grave, una subida de tensión de su mamá, que ponía en peligro su vida y la de la niña. Su padre cuenta que el parto por cesárea fue bien, que la niña lloró al nacer y que fue ingresada, como todos los prematuros extremos, en la Unidad de Cuidados Intensivos de neonatos del Hospital Vall d’Hebron. No necesitaba ayuda para respirar, toleraba la ingesta de leche materna y empezó a ganar peso. Pero cuatro días después del ingreso se detectó una bacteria hospitalaria resistente llamada Klebsiella en la UCI de neonatos. Se infectaron cuatro bebés de los seis que entonces había en la sala de incubadoras, donde también estaba Gala.
Uno de los niños, nacido a las 24 semanas y con 680 gramos de peso, falleció a causa de una inflamación intestinal que se complicó con la bacteria y le causó una sepsis, una infección en la sangre. Sólo tenía una semana de vida. Dos días después, cuando Gala iba a cumplir una semana, los médicos informaron a sus padres que la niña, que también tenía una inflamación del intestino, una enterocolitis, se había infectado con la bacteria Klebsiella. El tratamiento no evitó que hiciera una sepsis y a los dos días falleció. Resulta que la enterocolitis, que tenían los dos bebés, elimina la barrera protectora y permite que las bacterias pasen del tubo digestivo a la sangre y se acabe desarrollando un sepsis.
Los padres de Gala acudieron al Defensor del Paciente para pedir una investigación. Tienen dudas de que el personal sanitario haya cumplido con los protocolos adecuados para evitar contagios. La asociación del Defensor del Paciente también, por eso ha hecho llegar una carta al fiscal general de Cataluña, Francisco Bañeres, donde denuncia «un delito contra la salud de los ciudadanos».
Para evitar que cunda el pánico por la proliferación de bacterias multirresistentes en uno de los hospitales de referencia del sistema de salud pública estatal, la Dirección General de Ordenación y Regulación Sanitaria de la conselleria de Salud ha abierto una investigación. Y la subdirectora asistencia del Hospital Vall d’Hebron, Rocío Cebrián, compareció ayer por la tarde junto a la jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Epistemología, Magda Campins, para descartar que tengan un brote bacteriano y dar explicaciones sobre la muerte de estos bebés prematuros extremos por una inflamación intestinal agravada por la Klebsiella Pneumoniae.
Explicaron que esta bacteria es «relativamente frecuente» en los hospitales. Que se ha detectado en otros ocho menores y aunque ninguno la tiene en la sangre, serán aislados y tratados. Además, han cerrado el box donde estaban los dos bebés fallecidos para investigar cómo se ha transmitido la bacteria. Fedienden que el personal sanitario actuó correctamente y que en ambos casos se siguieron los protocolos indicados.
En todos los box de la UCI de neonatos, donde ahora hay 45 bebés ingresados, las manipulaciones se hacen con guantes, bata y una higiene de manos que se fomenta además con cultivos regulares cada dos semanas, como el de frotis rectal.
Para descartar que la bacteria sea de origen ambiental, se han hecho también cultivos ambientales, del agua de los grifos –que tienen filtros bacterianos–, los desagües y los líquidos habituales de la UCI como jabones y antisépticos. Pero la hipótesis más probable que baraja el hospital es que haya sido una infección cruzada entre los bebés.
La doctora Campins explicó que esta infección «no es nada excepcional, porque los pacientes ingresados en un hospital, y más en una UCI, se colonizan por las bacterias del hospital, que suelen ser multirresistentes». Habitualmente, la transmisión es cruzada, a través de objetos. «Todo el material que se ha utilizado en ese box también está siendo analizado y no se está utilizando», añadió.
En defensa propia, la doctora Cebrián alegó que la supervivencia en prematuros extremos, de menos de 700 gramos, a esa bacteria es del 46% en España y de un 80% en el Vall d'Hebron.
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