Política

El desafío independentista

Sin tregua política en la Mercè

El PP no formará parte de la plataforma de Valls mientras que el PDeCat ya da por incorporado a Mascarell a su candidatura para los comicios del 26 de mayo

Quim Torra, Ada Colau y Roger Torrent, observaron desde el Ayuntamiento los diferentes actos festivos de La Mercè en la plaza Sant Jaume. Foto: Shooting
Quim Torra, Ada Colau y Roger Torrent, observaron desde el Ayuntamiento los diferentes actos festivos de La Mercè en la plaza Sant Jaume. Foto: Shootinglarazon

El PP no formará parte de la plataforma de Valls mientras que el PDeCat ya da por incorporado a Mascarell a su candidatura para los comicios del 26 de mayo.

Salvo un giro imprevisto –motivado principalmente por el calendario judicial que afecta a los dirigentes separatistas–, las elecciones municipales del 26 de mayo se convertirán en la siguiente contienda electoral de la política catalana. Todas las miradas, indudablemente, están fijadas sobre Barcelona, que copará todo el protagonismo de aquí en adelante como la plaza más codiciada y el nuevo campo de batalla entre el independentismo y el constitucionalismo. Para ello, unos y otros han acelerado su puesta a punto durante los últimos días y las maniobras preelectorales no dieron ni un respiro ayer, con motivo del día de la Mercè y, a sólo 24 horas de que el ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, anuncie su candidatura.

Valls será, sin margen de duda, uno de los principales atractivos y, a pesar de que su puesta de largo tendrá lugar hoy, ya ha acaparado gran parte del protagonismo de las últimas horas: la mayoría de partidos se han visto obligados a mover ficha por su presencia y se ha erigido en el centro de todos los ataques del soberanismo. El primer partido en alterar sus planes fue ERC, que la semana pasada forzó la renuncia de su alcaldable Alfred Bosch para aupar a Ernest Maragall –todavía por confirmar a través de un proceso de primarias– y calificó ayer a Valls como una «persona ajena» y «conducida desde Madrid».

También ayer, el principal competidor de ERC por el espacio independentista dio un paso más en la definición de su cartel electoral. Xavier Trias, el líder del PDeCat en el Ayuntamiento de Barcelona, sostuvo que Neus Munté sigue siendo el «número uno» –fue escogida por elecciones internas–, aunque dio por sentado que Ferran Mascarell también formará parte de la candidatura. «Nos queremos presentar con Neus y con Mascarell», aseguró, aunque matizó que será Munté «quien decida cómo se encabeza y cómo se hace la candidatura». Mascarell es el preferido de Carles Puigdemont para encabezar la candidatura, aunque él mismo rechaza tener que superar un proceso de primarias, lo que le aleja de otros sectores del secesionismo –la ANC y el filósofo Jordi Graupera– en su voluntad por conformar una lista que agrupe a todo el independentismo.

En el flanco constitucionalista, el líder del PP, Pablo Casado, se desligó finalmente ayer de la candidatura de Valls y anunció que presentarán una candidatura «potente» para la alcaldía de Barcelona. Hasta ahora, los populares se habían mantenido a la expectativa, pero Casado terminó con la incógnita al considerar que el PP «no se puede permitir el lujo de no presentarse» aunque avanzó, en una entrevista en Onda Cero, que eso no impide «hacer una campaña en positivo y compatible con otras candidaturas constitucionalistas». Su actual líder en la capital catalana, Alberto Fernández, que no tiene visos de repetir como alcaldable –los focos apuntan a Esperanza García o Andrea Levy–, se erigió en una de las caras más reivindicativas de la Mercè al evitar salir al balcón del Ayuntamiento de Barcelona para presenciar los actos centrales de las fiestas patronales –la jornada castellera– para «no compartir» espacio con el presidente de la Generalitat, Quim Torra. «No hemos compartido balcón municipal porque gobierna una Generalitat a espaldas de los intereses de Barcelona», adujo, en alusión a las deudas de la Generalitat con el Ayuntamiento, y también afeó la presencia de simbología independentista –el lazo amarillo en las fachas del consistorio y la Generalitat–.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que valoró positivamente el transcurso de las tres jornadas festivas, reprochó la actitud de Fernández al recordar que Torra «representa democráticamente» las instituciones catalanas. La líder de C's, Carina Mejías, también se sumó al vacío de Fernández y tampoco quiso compartir balcón con Torra.

Finalmente, el alcaldable del PSC, Jaume Collboni, también se refirió a las elecciones municipales y reclamó que Barcelona no se convierta en una pugna entre favorables y contrarios a la independencia.