Barcelona

Un cuadro de Botticelli en Via Laietana

La Razón
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Desde hace pocos días, tras un tiempo en Londres, el cuadro «Retrato de Michele Marullo Tarcaniota» de Sandro Botticelli ha vuelto a Barcelona, a manos de sus propietarios: los herederos de Francesc Cambó. Por lo tanto, la pintura ha regresado al hogar de los Guardans-Cambó, en la Via Laietana.

No ha elegido Botticelli un buen momento para volver a su casa. Seguramente que desde ese lugar, en el que se tiene una magnífica vista de Barcelona, Michele Marullo Tarcaniota ha notado temblar una ciudad que desde hace unos días huele a pólvora, que vuelve a parecerse esa Rosa de Fuego en la que se convirtió hace 110 años, durante la Semana Trágica. Seguramente que el cuadro de Botticelli ha notado que todo a su alrededor era el inicio de algo inimaginable como es la destrucción de una ciudad por parte de unos pocos que ni vencerán, ni convencerán, como diría Unamuno si viera el percal.

No muy lejos de la casa de los Cambó, subiendo por la calle Ferran, se llega a la plaza Sant Jaume, hasta la plaza Sant Jaume. Me dicen que en la Generalitat se ha llegado a plantear la posibilidad de hacer algún movimiento para que la pintura se quede en Barcelona para siempre, concretamente en el Mnac. Sin embargo, tiene la Generalitat una labor más urgente y es dejar de escupir gasolina para apagar el fuego. Pero esto es algo que pasa en el otro lado, en la Moncloa. No hay voluntad de diálogo, ni por muchas fotografías que se hagan los dos presidentes en la fuente de Machado, ni por mucha ratafía que se regale.