Cáncer

Un tercio de los padres con hijos que vencen al cáncer sufre malestares

Un informe de la UAB y del Vall d’Hebron indica que sobre todo son daños emocionales

Los padres pueden sufrir recaídas emocionales debido a las graves enfermedades de sus hijos
Los padres pueden sufrir recaídas emocionales debido a las graves enfermedades de sus hijoslarazon

Un informe de la UAB y del Vall d’Hebron indica que sobre todo son daños emocionales.

Un 34 por ciento de los padres y madres que han vivido la experiencia de que su hijo o hija superase un cáncer afirma sentirse aún con malestar emocional pese a que la enfermedad se hubiera erradicado, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Vall d’Hebron Institut de Recerca (Vhir).

El estudio se hizo con entrevistas a 41 padres de menores supervivientes de diferentes tipos de cáncer infantil. Los investigadores evaluaron aspectos como el apoyo social percibido, el optimismo, cómo se enfrentaron a los peores momentos de la enfermedad, el estrés general, el malestar emocional en relación al cáncer y las consecuencias positivas y negativas derivadas de la experiencia.

«Malestar»

Según la doctora del departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la UAB e investigadora del Vhir, Carmina Castellano, «los resultados obtenidos indican que un alto porcentaje de padres (34,1 por ciento) afirmó que todavía sentía bastante, mucho o muchísimo malestar a raíz de toda la experiencia vivida».

Al estudiar este malestar, los investigadores observaron que «estaba relacionado con haber recibido menor apoyo social durante la hospitalización, haber afrontado de forma evasiva el problema y sentir que habían tenido que hacer más esfuerzos para hacer frente a situaciones difíciles durante la fase de tratamiento activo del cáncer».

Sin embargo, un 22 por ciento de los padres manifestó haber sido capaz de extraer algún tipo de consecuencia positiva en supervivencia y un 60 por ciento de éstos dijo haber extraído consecuencias tanto positivas como negativas.

Castellano señaló que «los profesionales de la oncología pediátrica suelen focalizar sus esfuerzos en trabajar en pro de la supervivencia y calidad de vida del menor con cáncer». «Aunque todos estos profesionales están en estrecho contacto con las familias de sus pacientes, a veces pueden pasar por alto la obviedad de que un diagnóstico de cáncer siempre sucede dentro de un entorno familiar determinado», aclaró la psicóloga.

Algunos padres reconocen que, tras el gozo y alivio del momento en que los médicos dan el alta a sus hijos, el malestar emocional persiste por «el miedo a posibles recaídas o inquietudes relacionadas con el futuro de sus hijos». «Todavía es incierto qué variables presentes durante la fase de hospitalización y tratamiento activo pueden modular este malestar emocional al alta. Sin embargo, es bien sabido que si ese malestar persiste y se hace crónico en el tiempo, puede conllevar serias consecuencias para el bienestar y la calidad de vida no sólo del progenitor que lo padece, sino de todo el núcleo familiar», añadió la experta Castellano, respecto a esta situación.