Caso Auditorio

Fabra defiende su gestión del caso Blasco, «no den lecciones»

Insiste en que el límite marcado es la apertura de juicio

El presidente Fabra habla con varios diputados a la entrada del hemiciclo. Atrás, el exconseller Rafael Blasco
El presidente Fabra habla con varios diputados a la entrada del hemiciclo. Atrás, el exconseller Rafael Blascolarazon

VALENCIA-El jefe del Consell, Alberto Fabra, se enfrentó ayer a una de las sesiones de control más duras desde que accedió a la Presidencia de la Generalitat. La oposición no tenía más que jugar con dos acontecimientos. El de mayor importancia, el hecho de que el presidente esté totalmente decidido a esperar a la apertura de juicio oral para expulsar al diputado Rafael Blasco del partido. El segundo, venía ligado al primero. Fabra necesita dar esas clases de liderazgo, tal y como trascendió la semana pasada para, según la oposición, meter en vereda a su grupo parlamentario.

Defendió la actuación de su Gobierno que, muy preocupado por el posible desvío de fondos destinados a Cooperación, se personó en el caso. «Hemos dejado trabajar a la Abogacía de la Generalitat», que pide once años de prisión para el exconseller Blasco, y «cuando se produzca el señalamiento no me temblará el pulso».

El portavoz del PSPV, Antonio Torres, le recriminó que siga la postura más cómoda y que deje que «los tribunales decidan por usted». Además, le echó en cara que no haya aprovechado la oportunidad «histórica» de comenzar un nuevo proyecto político apartando a los diez imputados que ocupan la bancada popular.

Fabra le recordó que el contrato de transparencia del PSPV recoge que la expulsión de un miembro del partido sobre el que pese una imputación se realizará cuando se abra el juicio. «No den lecciones», le pidió, citando inmediatamente el caso del exministro de Fomento y diputado socialista, José Blanco, quien mantiene el escaño a pesar de su imputación en el «caso Campeón». «Sea respetuoso con la Justicia, no solo con su partido».

La síndica de EU, Marga Sanz, optó en su pregunta por cuestionar el liderazgo de Fabra para salir de la crisis, económica pero también institucional. «La corrupción se sienta ahí». Fue el vicepresidente José Císcar el que salió en defensa del presidente. Aseguró que se está consiguiendo mantener los servicios sociales básicos en el «momento más complicado de la historia» y que además, actúa con responsabilidad política porque ha sido implacable contra la corrupción.