Barcelona
«Pasear por el centro de Valencia es como hacerlo por Disney»
El chef valenciano Ricard Camarena critica la proliferación de las franquicias y la falta de promoción institucional de la gastronomía
El chef valenciano Ricard Camarena critica la proliferación de las franquicias y la falta de promoción institucional de la gastronomía
Al chef valenciano Ricard Camarena le gusta Valencia, de hecho, le gusta tanto que asegura que si ejerciera en Madrid ganaría más dinero. Pero a él le tira la tierra, así que se muestra muy crítico con todo aquello que la deforme. Como las franquicias de comida que han proliferado como setas en los últimos años en la ciudad. «Pasear por el centro es como hacerlo por Disney. Me da mucha pena que en una ciudad como esta hayan desaparecidos los bares y hayan sido sustituidos por franquicias. Es una lástima que los que vienen de fuera se coman la misma paella que se comerían en Madrid. O te equivocas, o comes mal», señala respecto a la costumbre cada vez más extendida de estos establecimientos de ofrecer el popular arroz valenciano en su forma precocinada más atroz para el paladar autóctono.
El pasado 21 de noviembre, Ricard Camarena Restaurant lograba la segunda estrella Michelin y pocos días más tarde era galardonado con el premio al «Mejor Cocinero Internacional 2019» por Identità Golose, la principal organización gastronómica de Italia. Tiene más currículum, pero no es de los que presumen. Pero tampoco es de los que calla. Hoy lo ha hecho ante la que considera falta de atención por parte de las instituciones encargadas de promocionar su sector.
No existen políticas que pongan a la gastronomía en el lugar que se merece, ha señalado respecto a la ausencia de cariño que reciben por parte de las Administraciones, en especial del Ayuntamiento capitalino y la Diputación de Valencia («la de Alicante lo está haciendo «mucho mejor»). «Los políticos no pueden ser meros espectadores de lo que pasa», remata.
Él aboga por políticas que frenen que la capital del Túria se transforme, irremediablemente, en un destino «low cost». «Sería lamentable que nos convirtiéramos en la segunda Barcelona. Debemos mirar hacia un turismo de más calidad y de más poder adquisitivo. Corremos el riesgo de que la ciudad llegue a colapsar y eso sería una muy mala noticia».
Y eso que en Valencia «nunca se ha comido tan bien como ahora» y que, según las previsiones, el próximo año se abrirán 150 locales nuevos en el Cap i Casal.
«Si estoy dispuesto a perder un millón al año por quedarme en Valencia, qué no estaría dispuesto a hacer por mi ciudad», alega como crédito para ser «utilizado» como embajador de la mesa valenciana y anfitrión de todos aquellos que quieran conocer su patrimonio gastronómico. «Estoy deseando que me llamen».
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