Medio Ambiente

Todos los sectores contra el sistema de reciclaje que quiere imponer el Consell

Los empresarios aseguran que el método tiene un escaso rendimiento y rompe el mercado

La consellera, Elena Cebrián, con las empresas de supermercados
La consellera, Elena Cebrián, con las empresas de supermercadoslarazon

Todos los empresarios de la Comunitat Valenciana han manifestado su «no rotundo» al nuevo sistema de recogida de envases (RDDS)que quiere implantar por Ley el Consell antes de que acabe el año. «Nunca en la historia de la CEV ha habido tanta unanimidad» para rechazar la implantación de un sistema de reciclaje que consideran «caro e inviable» y que supone un «porcentaje muy bajo en cuanto a su eficacia», señaló a LA RAZÓN, el presidente de la patronal, Salvador Navarro, quien aseguró que la iniciativa «rompe la unidad de mercado».

Todas los sectores empresariales han manifestado su interés por mejorar el sistema de reciclaje actual que, según señalan, «funciona y es al que hemos habituado a las familias», pero rechazan que haya que hacerlo a través de un nuevo sistema que grave económicamente a los ciudadanos y a todas aquellas empresas que, por pequeñas que sean, deberán adecuar sus instalaciones y al personal que se haga cargo del método. Sobre todo si se tiene en cuenta que el proceso solo afecta al 20 por ciento de los envases actuales.

Los hosteleros van más allá. Su presidente, Manuel Espinar, acusó a la Generalitat de querer convertir a los 34.000 establecimientos del sector en «vertederos públicos» con la instalación de la recogida, ya sea a través de máquinas o de forma manual». El sector ha mantenido una reunión con los responsables de Sanidad autonómicos que, según afirmó Espinar, «se han sorprendido» por la iniciativa, que podría conllevar graves problemas de contaminación agroalimentaria. Además, hacen hincapié en que «hay que explicarle al ciudadano que el sistema de pago de 10 céntimos supone un impuesto medioambiental encubierto».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Supermercados de la Comunidad Valenciana (Asecova), Pedro Reig, aseguró que la inversión y el coste no «tiene ninguna relación con el resultado medioambiental que puede proporcionar». Todos los supermercados urbanos deberán instalar una máquina, fabricada en Noruega, que tiene un coste de entre 15 y 20 mil euros. Los establecimientos de menos de 800 metros cuadrados deberán recoger los envases, de hasta 3 litros y sin restos orgánicos, es decir, refrescos, agua o cerveza, de forma manual. Todos ellos deberán estar totalmente limpios, y conservar el código de barras para que pueda ser aceptado por el receptor.

Reig manifiesta que los supermercados no se dedican a «gestionar residuos y sus empleados tampoco». En su opinión, la Conselleria debería decir «qué» es lo que quiere conseguir y ellos podrían «ayudarles a establecer el cómo hacerlo». «Queremos ayudar a mejorar el sistema actual y por ello queremos implantar el quinto contenedor para residuos orgánicos». Asecova se ofrece para hacer un «buen análisis» de la situación que no ha ofrecido la Generalitat.

La plataforma Envase y Sociedad ha realizado un estudio en el que se afirma que el sistema de la Conselleria aumentaría la tasa de reciclado en la Comunitat Valenciana en un 2,7 por ciento, y el gasto anual por familia pasaría de 5,33 euros de hoy a 37,60, y no conseguiría un aumento de la tasa de reciclado.