Valencia con la Geperudeta

El cardenal Cañizares pide a la patrona ayuda para defender derechos como la libertad de la educación

Emoción, fervor y unas temperaturas más estivales que primaverales protagonizaron el día que los valencianos dedican a su patrona. Miles de valencianos volvieron a volcarse ayer con una fiesta que cada año atrae a más devotos. Muchos de ellos completaron la tradición y peregrinaron durante la madrugada del domingo desde diferentes localidades valencianas hacia la Basílica de la Virgen de Valencia.

A las ocho de la mañana comenzó la Missa d’ Infants en la que el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, pidió ayuda a la patrona para defender los «derechos humanos inviolables» como el de «la enseñanza y libertad de educación, claramente amenazados en nuestra tierra».

Rezó también la intercesión de la patrona de Valencia por todos los jóvenes, por los que están «sujetos a adicciones como droga, alcohol o sexo», y por los que son «instrumentalizados por intereses inconfesables, rebajándoles a objetos».

Asimismo, invocó a la Virgen de los Desamparados en ayuda de los jóvenes que buscan trabajo, que están desanimados por no tener empleo tras el sacrificio de sus estudios o que son utilizados con contratos basura y tienen que irse al extranjero, así como los que «son manejados por ideologías tan engañosas y llenas de mentira por legislaciones ideológicas en el campo de la enseñanza».

Del mismo modo pidió por las familias del todo el mundo, especialmente las que sufren en sus países de origen y en los campos de refugiados, víctimas de «la violencia y la guerra». Alertó de la necesidad de que la Humanidad comprenda que el bien del hombre y de la sociedad está profundamente vinculado a la familia y en promover la verdad en la que se asienta el matrimonio entre un hombre y una mujer unidos.