Restaurantes

Buena fusión castizo asiática

Callejero e informal, Boca combina los sabores del sureste asiático con los de la cocina madrileña para disfrutar en armonía con una selección de cócteles modernos.

Iván Arévalo es el responsable de que a este espacio siempre queramos volver
Iván Arévalo es el responsable de que a este espacio siempre queramos volverlarazon

Callejero e informal, Boca combina los sabores del sureste asiático con los de la cocina madrileña para disfrutar en armonía con una selección de cócteles modernos.

La mezcla de texturas y de ingredientes nacionales con otros procedentes de lejanos países, que hacen rica e interesante la cocina global, es una de las tendencias gastronómicas que entusiasma a los comensales. Nos gusta descubrir nuevos sabores, al tiempo que se lleva combinarlos con nuestros alimentos ecológicos y de proximidad. Así, en el novísimo Boca sorprende la unión de la culinaria tradicional madrileña con la técnica y productos del sureste asiático. El resultado son recetas con unos picos de sabor potentes, que no dejan indiferente al llegar a la mesa, con una presentación cuidada y estética. Los artífices son los cocineros Iván Arévalo y Carlos Medina. El primero aporta su entusiasmo hacia nuestra culinaria castiza, mientras que el segundo despliega su conocimiento de la auténtica gastronomía de las distintas regiones del sureste asiático.

Para acompañar esta divertida propuesta, lo suyo es pedir consejo a Debbie Mañas, creadora de unas rompedoras bebidas, con o sin alcohol, que responden a la revolución que disfruta en estos momentos el sector de la coctelería. Algunas están diseñadas para abrir el apetito al comensal, mientras que otras tienen el papel de armonizar un plato determinado, al tiempo que resultan imprescindibles aquellos tragos que sirven para contrarrestar y equilibrar sabores. En definitiva, todas son apuestas modernas que están a la altura de los bocados que salen de los fogones de este transgresor local que está dando que hablar. La sala, de luz tenue, tiene su protagonismo, ya que el chef acostumbra a dejarse ver con el fin de culminar ciertos platos a la vista del comensal por sus presentaciones estudiadas. Sorprende tanto como el trato cuidado y cercano hacia el cliente.

Durante nuestra visita, comenzamos por una refrescante ensalada de bogavante, servida con fideos chinos, dos tipos de siso, morado y verde, albahaca, menta y vinagreta con toques cítricos, y seguimos con unos originales dumplings de pollo en pepitoria. Ambas elaboraciones las acompañamos con un Martín Garata, trago preparado a partir de clara de huevo, mango y curry suave. El tamarindo Dove, con tequila y soda de tamarindo y el hot pot chino de callos a la madrileña resulta un tándem perfecto, mientras que el Boca Mary, mezcla en la que no faltan ingredientes como el kimchie y la soja, lo reservamos para degustar las ancas de rana guisadas al estilo kung pao.

Nos entusiasmó la representación de la comida callejera de Tailandia, Camboya, Vietnam y Laos en armonía con nuestro recetario, con platos como el mango con adobo de Texmelucan, con boniato curado, lima y salsa chutney de plátano, el xiaolongbao de tortilla de patata y el arroz frito al estilo koh samui. Si lo prueba, no podrá dejar de comerlo.