Política
Candidatos y pactos en la fiesta de la Constitución
El resultado de las elecciones andaluzas centró los corrillos de la celebración de la Carta Magna en Sol
El resultado de las elecciones andaluzas centró los corrillos de la celebración de la Carta Magna en Sol.
Poco antes de las once de la mañana de ayer, del interior de la Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol, salía un cante jondo, profundo. En la sede del gobierno de la Comunidad comenzaba la celebración del acto conmemorativo del 40 aniversario de la Constitución, que se festeja por adelantado, para no coincidir con los actos nacionales del día 6. Alguien pudo interpretar ese «quejío» como el de un socialista recordando los resultados electorales en Andalucía y de lo que se realidad se trataba era la voz rota del cantaor Rafael de Utrera, que abría el acto institucional interpretando dos míticas canciones que en su día cantó Camarón: «La Tarara» y «La leyenda del tiempo», sobre textos de García Lorca. Con música del sur comenzaba esta recepción oficial, en la que se estrenaban como protagonistas de los discursos oficiales, el presidente regional, Ángel Garrido, y el delegado del Gobierno, José Manuel Rodríguez Uribes. Garrido recordó que la Constitución cumple 40 años y el Estatuto de Autonomía de Madrid, 35.
Unos 400 invitados a este acto, de los que el 90% eran políticos o allegados. Por esa circunstancia el tema de conversación en los corrillos, antes y después de los discursos, era monotemático: las elecciones andaluzas, los resultados, la irrupción de VOX, las posibles alianzas de gobierno, la influencia que esos comicios puedan tener en próximas citas electorales y la oportunidad histórica de apear al PSOE del poder en Andalucía. El ex alcalde, Álvarez del Manzano, me comentaba: «PP, Cs y VOX no podrían explicar a sus electores que, por discrepancias partidistas, perdieran la oportunidad de cambiar el futuro de los andaluces. Ellos tienen la responsabilidad histórica que las urnas les han dado». Una alcaldesa socialista trasladaba la influencia de los resultados del pasado domingo, a su feudo municipal: «Hace un mes, las encuestas eran muy favorables para mi reelección, ahora... quién sabe». La misma incertidumbre para un alcalde de PP: «¡Cuidado!, porque en el mercado electoral de Madrid, VOX, ya tenía mucha implantación».
La callada por respuesta
La entrada del presidente del PP Pablo Casado movilizó instantáneamente a todas las cámaras de televisión, micrófonos de radio y plumillas en general. Era el único líder de un partido que acudía a la cita. El abrazo con Ángel Garrido dio paso a distintas versiones, aunque la principal apostaba por un apoyo al actual presidente de la Comunidad, como candidato del PP en los comicios autonómicos del próximo mes de mayo. Y no tardaron los periodistas en preguntarle a Casado por esta posibilidad. Empeño vano, porque el presidente del PP eludió dar una respuesta, ni siquiera un indicio. La callada por respuesta, y tampoco el propio Garrido quiso mostrar un ápice de esperanza. Los alcaldes del PP, también inquietos: «No sabemos qué va a ser de nosotros. Si volveremos a ser candidatos, o no. Creo que ya es tiempo de que se tome una decisión, porque el tiempo corre, y esta situación no es la mejor».
En el acto también estuvo presente la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y parte de su equipo de gobierno, quienes salieron rápidamente, nada más terminar el acto, sin oportunidad de que la Prensa les preguntara. Se marchaban para presentar la campaña de Navidad, o del Solsticio de Invierno del Ayuntamiento. Uno de los canaperos habituales hizo un comentario: «Programa de Navidad... Menudo belén que nos ha montado ya con Madrid Central. Para ella, más importante que el árbol navideño de la Puerta del Sol, es la placa del 15-M».
Parece que los discursos institucionales pronunciados eran lo menos importante de esta jornada superados por el tema de las elecciones andaluzas. Ángel Garrido había dicho que: «La Constitución ha propiciado la mejor España que hemos conocido nunca y lo mejor está por llegar», mientras que el delegado del Gobierno, pedía que «la Constitución no sea el programa político de un partido, sino el marco de convivencia de todos».
Representantes de todos los partidos, al calor de un café redentor de bajas temperaturas, consumían la mañana con el tema principal: «Y lo mío ''pa'' cuando». «¿Cómo va a terminar la pasión de candidatos en Andalucía?», y sobre todo: «¿Qué va a hacer Ciudadanos?» No había respuestas para tanto desasosiego.
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