Arqueología
Cuando el "elefante de Orcasitas"dominaba el Manzanares
Corría el año 1959 cuando los obreros que trabajaban en un arenero ubicado en el kilómetro 7 de la carretera de Andalucía hallaron casualmente esta magnífica pieza, un cráneo de 'Elephas (Paleoloxodon) Antiqus
Hace miles de años, el río Manzanares era un ecosistema radicalmente distinto al actual, ocupado por especies homínidas diferentes a la nuestra y dominado por enormes paquidermos como el "Elefante de Orcasitas".
Hace miles de años, el río Manzanares era un ecosistema radicalmente distinto al actual, ocupado por especies homínidas diferentes a la nuestra y dominado por enormes paquidermos como el llamado 'Elefante de Orcasitas', cuyos restos se descubrieron hace sesenta años y que representa un excelente ejemplo de la fauna prehistórica madrileña.
Corría el año 1959 cuando los obreros que trabajaban en un arenero ubicado en el kilómetro 7 de la carretera de Andalucía hallaron casualmente esta magnífica pieza, un cráneo de 'Elephas (Paleoloxodon) Antiqus' muy completo, de unos 350.000 años de antigüedad y con sus enormes y rectas defensas (lo que erróneamente solemos denominar 'colmillos') en perfecto estado.
Basta un vistazo al tamaño de la pieza, expuesta en el Museo de San Isidro, para hacerse a la idea de las dimensiones de estos pretéritos habitantes de Madrid, pertenecientes a una especie de envergadura considerablemente mayor a los elefantes de la actualidad, con una altura cercana a los cinco metros y entre seis y siete toneladas de peso.
El 'Elephas Antiqus' se extinguió durante las últimas glaciaciones cuaternarias, incapaz de adaptarse al cambio climático, pero antes había reinado en la ribera del Manzanares, un registro "único a nivel europeo"por la riqueza y calidad de su archivo arqueológico, explica a Efe el científico del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) Joaquín Panera.
De hecho, el historial de excavaciones que acumulaba la ribera del río madrileño ya en 1959 había derivado en cierta sensibilidad social hacia la arqueología, y los obreros que encontraron el cráneo del 'Elefante de Orcasitas' avisaron inmediatamente al Ayuntamiento, aunque eso fuera a conllevar, irremediablemente, la paralización durante meses de la obra en la que trabajaban.
A las pocas horas, tanto el alcalde de la capital, José María Finat y Escrivá de Romaní, como el ministro de Vivienda, José Luis Arrese, habían acudido al yacimiento, y en aquellos primeros momentos, incluso, se planteó la idea de dejar la pieza ahí mismo y organizar a su alrededor un museo al aire libre, iniciativa que habría sido "totalmente pionera a nivel mundial", señala Panera.
Finalmente, el cráneo se trasladó al desaparecido Instituto Arqueológico Municipal y se movió definitivamente al Museo de San Isidro cuando este abrió en el año 2000.
Para los paleoecólogos, cuenta Panera, los elefantes son especies clave debido a la gran influencia que ejercen sobre los ecosistemas que frecuentan. Su tamaño hace que su rastro sea fácil de identificar y seguir, y se cree que la información que proveía su comportamiento a la hora de buscar recursos hídricos, vegetales o minerales fue de mucha ayuda para los cazadores-recolectores.
La biodiversidad de la actual ribera del Manzanares, unida a su condición de corredor ecológico, la convirtieron en un área muy frecuentada por elefantes y grupos humanos anteriores a nuestra especie, probablemente neandertales u 'Homo heidelbergensis', que dejaron abundantes restos tanto en forma de huesos como de herramientas líticas.
En cierto modo, asegura Panera, elefantes y homínidos "eran aliados", si bien hay muchas especulaciones sobre la naturaleza de su relación. Existen dudas respecto a si los humanos del Manzanares cazaban elefantes frecuentemente, pero sí hay "evidencias de aprovechamiento"de carácter carroñero, y estos animales eran indudablemente "fuentes de nutrientes muy importantes".
También parece claro que la fascinación que nos causan los mamíferos más grandes del medio terrestre ya estaba presente hace miles de años. Y fue precisamente este interés, apunta Panera, el que propició que se diera un tratamiento estelar al hallazgo del 'Elefante de Orcasitas', que desde el momento de su descubrimiento fue "la gran pieza de la arqueología ibérica".
Aún así, Panera lamenta que el animal no se haya convertido en un elemento auténticamente emblemático de la ciudad (no se le puso nombre propio, por ejemplo), lo que habría contribuido a impulsar el reconocimiento de la ribera del Manzanares, área que, a juicio del científico, "debería ser Patrimonio de la Humanidad"por la singularidad de su acervo arqueológico.
Efe
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