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El 93% de los usuarios de los nuevos parquímetros paga igual o menos
En los primeros quince días de aplicación del nuevo SER, el 61% tuvo rebajas sobre la tarifa base de hasta un 20% y sólo el 6,8% fue penalizado. Sol y Atocha, entre las 20:00 y las 21:00, los más caros
Como casi todos los cambios en Madrid, los nuevos parquímetros se recibieron a regañadientes. Hubo quejas el primer día, el pasado 1 de julio, porque las nuevas máquinas piden introducir la matrícula y porque el procedimiento para sacar el tique ahora es algo más prolongado porque permite elegir modo de pago: efectivo, monedero virtual o tarjeta de crédito. Se escucharon voces incluso que decían que salía más caro. Se equivocaban.
Según el balance de los primeros días de funcionamiento, el nuevo Servicio de Estacionamiento Regulado de Madrid ha resultado ser más barato que el antiguo. Tanto, que han superado hasta las previsiones más optimistas. Y es que, en los primeros quince días del llamado SER inteligente, el 93,2 por ciento de los usuarios han pagado igual o menos que antes de su aplicación. Eso pese a que las previsiones apuntaban a que la cifra de beneficiados respecto al anterior sistema no superaría el 75 por ciento. El motivo de esta rebaja de las tarifas se debe a que los nuevos parquímetros cobran de forma «personalizada» a cada usuario y dependiendo del momento, ya que establece la tarifa en función de lo contaminante que sea el vehículo (combinando la matriculación y el combustible) y en función del nivel de ocupación de la zona en la que se desee aparcar. El motivo es que el objetivo de los nuevos parquímetros es velar por la calidad del aire de Madrid, con lo que penalizan con pagos de hasta un 20 por ciento más sobre la tarifa base a los coches más contaminantes y a aquellos que quieren aparcar en las zonas con más vehículos; mientras que bonifican con una rebaja máxima de un 20 por ciento sobre la tarifa base a aquellos coches con nivel bajo de emisiones o a aquellos que aparcan en zonas de baja ocupación de vehículos.
Para ello, Madrid se convirtió en la primera ciudad que estableció una clasificación de vehículos en función de sus emisiones para introducir criterios de sostenibilidad en las tarifas del estacionamiento en superficie. Se crearon cinco categorías de acuerdo al nivel de emisiones de óxidos de nitrógeno (según su tecnología), siendo la clase A aquella que presenta el menor nivel de emisiones y la clase E, el superior.
Las penalizaciones
El resultado de la aplicación de este novedoso sistema es que de 1.624.034 tiques sacados en los primeros quince días, algo más del 60 por ciento se beneficiaron de una rebaja de hasta el 30 por ciento. El 32,6 por ciento se pagó con una tarifa equivalente a las antiguas, mientras que casi un 7 por ciento sufrió penalizaciones, ya fuera porque su vehículo estaba clasificado como D o E en el cuadro que mide el nivel de emisiones (en el gráfico) o porque sus usuarios quisieron estacionar su coche en zonas muy ocupadas.
El motivo es que la tarifa base de aplicación es la resultante de una media entre las antiguas tarifas «valle» y «punta» de los viejos parquímetros sobre la que se aplican bonificaciones o penalizaciones. Así según el nivel de emisiones de óxidos de nitrógeno (cálculo que hace en el momento la máquina sólo con introducir la matrícula), el 10,26 por ciento de los usuarios del SER pagó un 10 por ciento menos de la tarifa base por ser vehículo de categoría B de la tabla de clasificación por nivel de emisiones; un 18,65 por ciento fue penalizado a pagar un 10 por ciento más por ser un vehículo clasificado D y un 4,35 por ciento tuvo que pagar un 20 más respecto a la tarifa base por estacionar con un vehículo clasificado como D. Mientras que sólo el 0,01 por ciento de las operaciones se beneficiaron de la máxima rebaja (de un 20 por ciento), que se aplica a los vehículos clasificados como A, conocidos como híbridos no enchufables.
Si se atiende al nivel de ocupación de la zona elegida para estacionar, el balance de los primeros quince días del nuevo SER revela que del total de los tiques emitidos por los parquímetros, el 80 por ciento tuvo una rebaja de hasta un 20 por ciento respecto a la tarifa base, por estacionar en zonas de ocupación baja (66 por ciento) o muy baja (14 por ciento).
De esta manera, las zonas que registraron mayores niveles de ocupación y que por tanto salieron más caras a los usuarios de los parquímetros fueron en los barrios de Sol y de Atocha, siendo el periodo más «crítico» entre las 20:00 horas y las 21:00 horas, una hora que se amplió hace ahora dos años.
Además de las tarifas, el otro gran cambio que han introducido los nuevos parquímetros es la posibilidad de elegir modo de pago. Mientras que en los antiguos sólo se podía pagar en efectivo y con el dinero justo, en los actuales se puede pagar con tarjeta de crédito, tarjeta prepago, pago por móvil o efectivo, con opción de monedero virtual. Esta última opción permite pagar en metálico y, si no se tiene la cuantía exacta, acumular el sobrante para la siguiente operación. Ese dinero queda registrado en un monedero virtual al que se accede en siguientes ocasiones sólo al introducir la matrícula en cualquier otro parquímetro. En cuanto a la introducción de estas nuevas formas de pago, el balance de los primeros quince días descubre que casi la mitad de los usuarios, el 45 por ciento, tiene ya un saldo virtual activo. Un 14,79 por ciento han utilizado el pago por móvil, a través de las distintas aplicaciones que avisan y permiten pagar desde el teléfono cuando el tique ha caducado; y el 5,46 por ciento pagó con tarjeta bancaria. Asimismo, en los primeros quince días del nuevo SER se han entregado hasta el momento más de 20.000 tarjetas prepago.
Gracias a la plataforma en la que está integrado el SER se gestiona en tiempo real todo el sistema, pudiendo atender de forma inmediata las incidencias que se puedan presentar en los 4.000 parquímetros.
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