Arqueología
El motín que acabó con 94 fallecidos
El estudio de los restos, hallados durante unas obras en noviembre de 2017, revela que murieron de forma violenta entre 300 y 400 años atrás
La revuelta de Esquilache pudo estar detrás de estas muertes, asegura el análisis forense de los restos
¿A quiénes correspondían los 2.219 restos óseos hallados en un edificio situado en pleno centro de Madrid? La pregunta ha estado en el aire durante más de un año, concretamente desde noviembrefollow" href="https://www.larazon.es/local/madrid/hallados-90-craneos-y-restos-oseos-en-un-solar-de-atocha-HB17076670"> de 2017, cuando estos huesos fueron encontrados en el número 87 de la calle Atocha durante unas obras de rehabilitación y construcción de un teatro. El lugar del hallazgo, un corral que comparten la antigua iglesia de los Desamparados y la Sociedad Cervantina, donde estuvo la imprenta que dio a luz el primer Quijote en 1605. Finalmente, el misterio ha quedado resuelto hoy: se trata de 94 individuos –73 adultos, 18 menores y tres bebés que en el momento del deceso no habían nacido–, datan de entre 1624 y 1808 y podrían haber sido víctimas de cargas de caballería. El célebre Motín de Esquilache se sitúa como el principal candidato histórico detrás de estas muertes.
Estas son algunas de las conclusiones de los estudios llevados a cabo por la Unidad de Antropología Física de la Universidad Autónoma de Madrid y el Museo Arqueológico Regional. Unos trabajos que han hecho remontarse a los científicos hasta el año 1592. Por aquel entonces se fundó el Hospital de los Desamparados, un centro cuya historia ha ayudado a desentrañar las fechas de datación. Dicha institución adquirió a principios del siglo XVII los terrenos en los que se construyó la iglesia y la sacristía del hospital. Los investigadores señalan que desde 1624 y hasta principios del XIX –en este caso hasta 1808–, el suelo de esta iglesia se dedicó al inhumación de personas.
Ahora bien, ¿cuál fue la causa de la muerte de aquellos enterrados? Los informes relatan en su mayoría lesiones craneales tanto en la zona frontal como parietal, por lo que parece confirmarse que estas 94 personas murieron de forma violenta. Además, las marcas revelan que esos impactos se efectuaron desde cierta altura, por lo que podrían haberse realizado a lomos de un caballo. Unas heridas, por otro lado, que parecen proceder de armas blancas tales como machetes, espadas y hachas en algunos casos, y en otros de objetos romos como porras y bastones. Con todo, una de las víctimas presentaba heridas cuyo origen es más moderno: metralla. Todo ello lleva a los investigadores a apuntar a una posibilidad: los cadáveres podrían haber sido el resultado de las cargas de la caballería durante un motín. “Al menos tres cráneos pertenecen a mujeres, lo que descarta un enfrentamiento entre ejército y apuntan a un enfrentamiento civil”, explicó Juan José Cano, arqueólogo encargado de la excavación.
Aquellos enfrentamientos pudieron ser fruto de algunos de los episodios más emblemáticos de la historia de España. Uno de ellos el Motín de Esquilache, en marzo de 1766, cuando el pueblo de Madrid se levantó contra la subida de impuestos decretada por aquel ministro italiano de Carlos III, tremendamente impopular por sus medidas impositivas, la subida del precio del pan y la prohibición de vestir capas y sombreros de ala ancha. Durante la revuelta, en la que se tomó la casa de las siete chimeneas, residencia de Esquilache, la Guardia Valona cargó contra hombres, mujeres y niños.
Otro de los motines aludidos por los expertos nos retrocede al inicio de la Guerra de la Independencia y concretamente a Aranjuez, donde en 1808 se enfrentaron la Guardia Valona y la de Corps con la guardia del ministro Godoy. La capital no estuvo exenta de enfrentamientos: desde marzo y hasta el célebre 2 de mayo, las tropas francesas y los madrileños protagonizaron varias refriegas . En todo caso, los registros del Hospital o de la Iglesia de los Desamparados no recibieron cadáveres de aquel día ni en los fusilamientos posteriores.
El Motín de corte de 1764, en las inmediaciones del Palacio del Buen Retiro; el de los Gatos –de nuevo por el aumento del pan– en 1699 y la revuelta contra la Guardia Chamberga –cuerpo de guardia del rey– en 1670 son otros de los «candidatos» a la hora de explicar los decesos. Sea cual sea la verdadera causa, para el consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, Jaime de los Santos, este hallazgo “nos acerca más a la historia del Madrid de los siglos XVII y XVIII”, abriendo “algunas ventanas” para seguir investigando y reconstruir así nuestro pasado.
Caries, sífilis y artrosis
La gran cantidad de sarro y los desgastes acentuados hallados en las mandíbulas y maxiliares denotan, además de varias patologías infecciosas, el nulo cuidado oral y dental de la época. Del mismo modo, su estado de salud era deficiente: la mayoría de individuos presentaban artrosis en sus articulaciones, derivada posiblemente de una actividad física exigente desde edad temprana. Por último, el estudio revela que la prostitución estaba en crecimiento: al menos cinco individuos contrajeron la sífilis
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